martes, diciembre 22, 2020

Las Estructuras, Parte II

Publicado en: Seminario Realidad y Proceso | Citación

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Las Estructuras, Parte II

Javier Vargas
Universidad Autónoma de la Ciudad de México

Complex Quantum Teleportation. Fuente: phys.org

Continuamos con la segunda parte y final de la crónica que relata la sesión “Las estructuras”, del seminario Realidad y Proceso. Aquí se presentará el debate, tanto hablado como escrito vía chat, que prosiguió a la presentación del Dr. Carlos-Sierra Lechuga (Fundación Xavier Zubiri). La moderación estuvo a cargo de la Dra. María Guadalupe Llanes (Universidad Central de Venezuela).

1. Debate hablado

La primera intervención fue de la Dra. Llanes, quien pregunta a al Dr. Sierra-Lechuga: en lo que se llama en reología, ¿en qué se diferencia la “realitas rea de una res” del “de suyo”? ¿Es lo mismo, es diferente o aporta alguna novedad respecto de decir que la realidad es de suyo? A lo cual, no se hizo esperar la respuesta de Sierra-Lechuga que empieza por distinguir de dónde parte la reología: la noología. Ésta es diferente de la epistemología, así como la reología lo es respecto de la ontología. La reología tiene un punto de partida que es la noología o estudio de la inteligencia como aprehensión de realidad. Noológicamente, realidad es modo de quedar las cosas en la aprehensión como de suyo o, mutatis mutandis, es modo de aparecer. Pero “realidad” no se puede reducir solo a eso, sino que esa realidad como formalidad impele a buscar en profundidad la cosa sustantiva. Este segundo momento es la reología, que encuentra la cosa en y por sí misma: de suyo. Entonces “las cosas no sólo quedan de suyo como realidades, sino que son realidades de suyo”. Dice Sierra-Lechuga que, sea que agregue algo o no, hay que clarificar que, reológicamente hablando, con “realidad” se quiere decir algo más que modo de aparecer. La noología, partiendo de la realidad de suyo como modo de aparecer, es sólo un punto de partida que debe tener un punto de llegada donde se pueda constatar que se está en la realidad misma de la cosa y no sólo en una realidad como momento de la aprehensión.

La segunda intervención fue de la Dra. Karolina Enquist Källgren (Universidad de Estocolmo), quien piensa que las nociones de unidad coherencial primaria y sustantividad podrían equivaler a la noción de sujeto, y dice que lo debate desde el punto de vista histórico. Afirma que no estarían todos de acuerdo en que lo que en la exposición se ha señalado como substancia, precisamente en Aristóteles, sea la única interpretación de su significado. Señala que esa interpretación fue usada por Sierra-Lechuga, precisamente para distanciarse y decir que existe, incluso, un término opuesto. Sin embargo, en la actualidad, lo que dice Zubiri de la “sustantividad” se parece mucho a lo que dicen otros del “sujeto”, refiriéndose precisamente a los neokantianos, por ejemplo Cohen y Cassirer. Enquist continúa con su comentario, afirmando que unidad coherencial primaria puede entenderse como sujeto porque surge en su relación continua con el objeto, y en una especie de coherencia estructural. Este sujeto no surge como substancia sino que es un producto de unidad coherencial de acto continuo. Lo cual quiere decir que en la contemporaneidad de Zubiri ya existía una explicación parecida a la que él mismo da.

Con ello, la Dra. Källgren prosigue su intervención mencionando también que la noología y la reología, en vez de presuponer el sujeto, ahora presuponen el objeto como algo a que se accede directamente, con lo cual la investigación se vuelve muy metafísica, probandose empíricamente, pero sin reflexión sobre cómo se experimentan las cosas, lo cual es muy problemático. Cassirer, por su parte, responde a la relación del sujeto con el objeto diciendo que ambos (aprehensión y modo de aparecer) son productos de la aplicación de las funciones con la cosa misma. Asi entonces, Enquist concluye que la interpretación de Zubiri sobre el problema no es la única, ni la más adecuada.

Inmediatamente, Sierra-Lechuga responde brevemente diciendo que Enquist está entendiendo la palabra “sujeto” anfibológicamente y, al hablar de sujeto-objeto, está entendiéndolo como generalmente se hace, a saber, como “ser pensante”, lo cual no es el significado primario ni aquel del que se habla en estas discusiones, esto es, como subiectum: “lo que yace debajo”. Asimismo, en la modernidad, después del giro kantiano (“copernicano”), el significado de “sujeto” como “ser pensante” fue una particularización de la idea general de subiectum: como no se tenía acceso al subiectum de las cosas, las cosas pasan a ser sólo lo que esta “puesto frente” a mí, es decir, obiectum, quedando como único subiectum accesible aquel del ser pensante ante el cual las cosas se oponen. Con esto, el significado de “sujeto” se particularizó a “sujeto pensante”, pero esto es sólo un uso restringido y no es de eso de lo que se habla cuando se dice que no hay sujeto sino estructuras.

En cuanto a la interpretación de “substancia” en Aristóteles, Sierra-Lechuga replica diciendo que los autores a que refiere Enquist son todos del siglo XX, lo que tiene sentido ya que fue sólo hasta mediados del siglo XIX que comenzó a leerse a Aristóteles en griego, los años pasados solo se conocía el “Aristóteles latino”, siendo así que la idea que “substancia” que “zubirianamente” quiere contrarrestarse es la de ese Aristóteles milenario, canónico, y no un Aristóteles últimamente reformulado.

Ahora bien, prosigue Sierra-Lechuga, hablar de sujeto para designar algo que nada tiene que ver con el subiectum es conflictivo, por ejemplo sujeto como resultado de funcionalidades (en el “modo funcional de representar la realdad” de Cassirer). Ante eso, cabría preguntar por qué llamarle sujeto y no de otro modo. Si existe una idea de “sujeto” que nada tiene que ver con lo subiectum, ¿para qué seguirle llamando de la misma forma cuando es hasta etimológicamente contradictorio?

La siguiente participación fue del Dr. Manuel David Morales (Centro de Ciencia y Fe), quien hizo dos comentarios a propósito del marco metafísico expuesto en relación con la física, a saber: uno para señalar consistencia, y otro a modo de postura crítica que, desde la ciencia, informe dicho marco. En primer lugar, el Dr. Morales sostiene que hablar de notas-de en sistemas se muestra consistente, particularmente, con la física estadística cuántica. En dicha área, es común que se investiguen sistemas de partículas en los cuales, usualmente no se toma cuenta la particularidad de cada una de las partículas (postuladas como indistinguibles e, incluso, invisibles en muchos casos), sino de las relaciones que hay entre ellas; todo esto para entender el comportamiento macro de dichos sistemas.1 Otro antecedente importante es que en la física, históricamente, se ha dado un giro en el que las interacciones fundamentales de la materia (electromagnética, nuclear fuerte, nuclear débil y gravitacional) se explican tanto en términos de partículas portadoras como campos –si bien la existencia del gravitón aun no se demuestra. El entendimiento de dichas interacciones en términos de partículas podría considerarse como un arrastre histórico del substancialismo –en especial, si éstas se conciben literalmente. Sin embargo, lo cierto es que en la física se recurre a un juego en el que, simultáneamente, se recurre a la idea de partícula y de campo, y este último se entiende más como una propiedad relacional, a través de ecuaciones definidas en el espacio(-tiempo).

Por otro lado, dado que en el lado metafísico se suelen extender los análisis a explicaciones más amplias, Morales plantea la pregunta de cómo podrían acotarse esas explicaciones a los observables. Aquí menciona un caso muy concreto, la idea de pensar, por un lado, un sistema clausurado como finito, y por el otro, la relacionalidad de las notas. ¿Hasta qué punto la fínitud de un sistema pudiera establecer restricciones o límites a la relacionalidad que este pudiera tener con respecto otro(s) sistemas? En la física cuántica, por ejemplo, se puede hablar mucho de relaciones e interacciones, pero prudentemente, pues no puede afirmarse que en el universo todo está interconectado a tal punto de motivar ideas extravagantes, tales como ejemplo, el multiverso de Everett.2 ¿Entonces cómo acotar los sistemas? También, esto es un problema abierto en las ciencias de la complejidad, en donde se conceptualizan jerarquías de sistemas componiendo un todo, pero que no es del todo claro dónde establecer la línea que divide un sistema de otro. Asimismo, así como existen interacciones entre sistemas, se encuentran ejemplos donde es posible hablar de sistemas aislados porque o no hay interacción con otros sistemas, o es tan pequeña que resulta ser despreciable para efectos de cálculo.

Después de esas aportaciones que generan preguntas y reflexiones interesantes, tomó la palabra el Mtro. César Rodríguez (Escuela Andaluza de Salud Pública). Él menciona que con respecto a la exposición y lo que dice el Dr. Morales, donde se juega todo, a la postre, es en la interacción entre sistemas, y por lo tanto en los subsistemas de notas adventicias. Aquí trajo de vuelta el ejemplo del peso.3 Pues bien, César Rodríguez halla que en el peso (nota adventicia) se está jugando el propio sistema constitucional, por lo que los sistemas de notas adventicias “amenazan” el sistema de notas constitucional, y por tanto su “adventicidad” no es trivial. Por otro lado, relacionándolo con otras cosas dichas, el participante “lamenta” que se diga que el oxígeno atómico no es de suyo. Entonces, pregunta: ¿se puede decir que algo sea de suyo, una nota? Ya sea constitutiva, constitucional o adventicia. En resumen, todo se juega, al final, en el difícil discernimiento de decidir cuándo algo es un sistema constitucional y cuándo algo está en un sistema de notas adventicias por interacción de sistemas.

Sierra-Lechuga atiende esta problemática de dónde está el límite en los sistemas. Comenta que es un problema real, metafísico y filosófico que requiere serias consideraciones sobre los sistemas físicos y su conocimiento científico en concreto, y que campos como la fenomenología o el análisis lógico del lenguaje, no podrían resolver estas cuestiones, así que es un problema, más precisamente, de reología. Como se decía, las estructuras no son meras evanescencias, sino que son sistemas clausurados y determinados, pero ¿qué determina qué? Al ser así, se podría convenir que algunos sistemas no alcanzan a cobrar sustantividad, como el oxígeno atómico o la vida sin carbono. Pero, en los sistemas que sí son posibles, ¿dónde están los límites? A lo que dice que, reológicamente, las ideas de delimitación o de discernibilidad deben ser pulidas y mejoradas, incluso superadas, porque pedir discernibilidad absoluta es efecto de las ontologías donde las substancias siempre se entienden como bien definidas4 y es algo que ya no puede alcanzarse hoy. Si en mecánica estadística, dice Sierra-Lechuga apelando al comentario de Morales, podíamos en principio distinguir partículas conociendo sus historias o trayectorias, tratando con partículas cuánticas esto es ya imposible.

Sierra-Lechuga continúa diciendo que él prefiere llamar en ciertas ocasiones “perspecto” a la sustantividad, porque una sustantividad es el perspecto que se tiene de determinado conjunto de sistemas, perteneciente siempre a sustantividades mayores.5 ¿Cuál es el sistema sustantivo, el árbol o el bosque? El ecólogo dirá que el segundo, pero botánico que él primero. En tal sentido, la delimitación de las sustantividades se hace en función de perspectos, es decir, las sustantividades son todas relativas y la única sustantividad que es absoluta sería, si acaso, el cosmos entero. Por dar una mera imagen visual, se pone el ejemplo de que el universo es como las matrioshkas (muñecas rusas) donde se están constituyendo sustantividades sobre sustantividades. Por tanto, la idea de sistema no se define ni a priori ni sólo en una determinada investigación, sino que debe investigarse en cada caso.

Posteriormente participó Ignacio Clavero (Universidad de Zaragoza). Él mencionó tres puntos. Primero, la distinción entre unidad primaria (esencia) y la manifestación (su actualidad), que conjuntamente es la sustantividad. Piensa Clavero, coincidiendo con Källgren, que la idea de constructo es muy similar a lo que Cohen llama “sujeto”. Aun sí, la diferencia que Clavero encuentra es que la idea de sujeto es unidad homogénea y la idea de sustantividad es una unidad plural, es decir, heterogénea. Segundo ¿cómo se conocen las estructuras o qué quiere decir conocer la estructura de algo? Ya que, al conocer la estructura de algo, se entiende que conociendo esa estructura se conocerá su diferencia con las otras estructuras, además de que no se limita a sólo una estructura sino que, por así decirlo, ella lleva a otras. Tercero, ¿son las relaciones entre sustantividades, a su vez, sistemáticas? Es decir, ¿se dan en el seno de lo que es la estructura de la realidad? Y, también, ¿es la realidad, en general, o si se quiere el universo y demás, sistema?

Prosiguiendo el dialogo Miguel Ramón (Universidad Complutense de Madrid) tomó la palabra. Empieza haciendo referencia a la alquimia, a fin de asimilarla con la relación entre elementos químicos y el cambio que entre los sistemas ocurre, porque el universo mismo cambia. Entonces, ¿dónde queda la mismidad de las cosas? También pregunta ¿qué es universo? Ya que Ramón piensa que es un concepto mental que se utiliza para agrupar todas las cosas, queriendo decir que una cosa son los conceptos mentales y otras son las cosas mismas, inclusive considerando la hipótesis multiverso. Además, comenta que Aristóteles decía que si existiesen más mundos deberían existir más elementos, pero pensarlo era solo mental, solo se tiene constancia de los que hay en nuestro mundo. Entonces, Ramón afirma que si hay universo es que hay algo común en todas las cosas y eso hay que demostrarlo.

A continuación siguió el Dr. Jesús Ruíz (Universidad de Guanajuato). Su comentario sería abono para lo ya dicho por Morales, Sierra-Lechuga, Rodríguez y Ramón. Él hablará con ejemplos de la biología. Comparte un antecedente verídico. En una isla del Pacífico había muchas mariposas de muchos colores, entonces llegó una especie de mariposa negra que era venenosa. Las aves que comían mariposas dejaron de comer las mariposas negras, por tanto, aumentó la cantidad de mariposas negras y disminuyó la cantidad de las mariposas de colores. Con el tiempo, estas últimas se oscurecieron y las negras se esclarecieron. Para este ejemplo, distribuir la copia y la forma en la realidad desde una perspectiva platónica o aristotélica es problemático. Sin embargo, desde una perspectiva acorde a las ideas planteadas en el seminario, es posible afirmar que los sistemas y subsistemas dependen de la situación del sistema. De acuerdo al Dr. Ruíz, lo que pasa en los subsistemas adventicios, en una realidad que acepta la producción de novedad, debe necesariamente influir en los subsistemas constitucionales.

Después de esta ejemplificación se dio la palabra a la Dra. Källgren. Su intervención fue una reflexión sobre la relación y distinción entre sistemas adventicios y sistemas constitutivos. Comenta que será para defender su idea de sujeto. Cuando se tiene al universo como ejemplo de un gran sistema lleno de subsistemas, se entiende en niveles. Ahora bien, cuando se investiga un sistema, cabe preguntar ¿quién pregunta sobre el sistema? ¿Para quién significa algo ese sistema? Ese “quién” es el sujeto. Enquist sugiere que debe seguirse hablando de sujeto, debido a que hay una relación entre perspectiva y sistema, el sujeto es un mediador. En tanto que investigar qué sistema hay en cada caso, hay que tener en cuenta la perspectiva, porque para un biólogo el sistema es el bosque y para una hormiga el sistema es un hormiguero. Con ello, lo que quiere dar a entender es que esta perspectiva es del sujeto que aprehende, y esto es un producto del conjunto de actos de la percepción. Para Källgren, podemos explicar porque cada uno de nosotros inteligimos, muchas veces, las mismas perspectivasy, así entonces, insiste en seguir pensando o utilizando la idea de sujeto para la investigación.

Para finalizar, Sierra-Lechuga concluye retomando las últimas participaciones. Primeramente, respondiendo a Källgren. Comenta nuevamente que se está entendiendo anfibológicamente la idea de sujeto como se entiende en ciertas filosofías concretas y sobre todo como se hace fuera de la filosofía, o sea, como “el ser humano” –la subjetividad. Pero aquí no se ha hablado de esto; sujeto es soporte de propiedades, y esa es la idea que se está debatiendo. En tal sentido, ver si la persona pensante es sujeto, es decir un subiectum, será algo que deberá debatirse en su momento, que no es este.6 Sierra-Lechuga termina trayendo el ejemplo de Ruíz respecto de la determinación de los sistemas adventicios con los sistemas constitucionales. Ya que los sistemas dependen de qué sistema se esté considerando en cada caso, clarifica nuevamente que las notas son notas-de donde lo crucial es el “de”: lo que hace que las notas-de sean sistemáticas es que son co-determinantes, y que, al ser así, son co-determinantes todas. Esto es el punto clave que distingue esta idea de sistema de la idea de sujeto-accidente, puesto que las notas no son solo notas determinadas, sino también son determinantes, lo cual es el carácter “cíclico” de las notas-de del sistema. Por tanto, cabe insistir en dejar de hablar de “notas” para hablar más de “relaciones”. Zubiri preferirá, por eso, hablar de “respectividad”. Pero Sierra-Lechuga piensa que sería mejor hablar de estructuras.

Para cerrar, la Dr. Llanes agradeció a los colaboradores presentes, deseando feliz día o noche, según el país de cada cual.

2. Debate escrito

Paralelamente al debate hablado, algunos miembros del seminario debatían por escrito. Por la importancia de lo discutido en esta ocasión, aquí se presenta una transcripción ordenada de este debate alternativo, incluyendo las intervenciones más relevantes.

2a. La realidad estructural y el problema de los sistemas

[Sobre los ejemplos dados por Sierra-Lechuga en la exposición, de sistemas que no alcanzan a cobrar sustantividad –ver primera parte de esta crónica7]

Rosa Reyes (Universidad Nacional de Colombia):
La vida es una estructura exquisitamente sofisticada que alcanza el carbono en su devenir. Una noción mía nacida en este supergrupo. Pero me surge la inquietud con relación al ejemplo del oxígeno, ¿cuál sería la naturaleza del "ser" de ese oxigeno molecular si de todas maneras transcurre por ese estadio en su modo de transformación e interacción en los sistemas en que se halla?

[Sobre que el cosmos entero fuera una sustantividad absoluta, mencionado por Sierra-Lechuga en respuesta a las críticas de Morales y Rodríguez]

Gerardo Trujillo (Universidad Nacional de Educación a Distancia):
Se podría pensar que el cosmos es la única estructura.

Guadalupe Llanes:
O la estructura de todas las estructuras, como diría Whitehead.

Karolina Enquist Källgren:
O mente por tiempo, que diría Schrödinger.

Ana Gutiérrez (investigadora independiente)
¿Y cómo haríamos la "epojé" de eso? ¿Se podría?

Guadalupe Llanes:
Hay que pensar desde el todo. Whitehead dice que el método debe ir como un aeroplano, del pensamiento a la cosa y de la cosa al pensamiento en vuelos sucesivos, continuos.

[Sobre que la idea de sistema debe investigarse en cada caso, mencionado por Sierra-Lechuga en respuesta a las críticas de Morales y Rodríguez]

Manuel David Morales:
Bueno, después de todo, lo que menciona Carlos precisamente haría justicia a lo que buscamos hacer, metafísica científicamente informada. Me gusta aquello de dejar los problemas metafísicos abiertos, en expectativa a lo que las ciencias deben confirmar, por difícil que sea. Es mucho más aterrizado.

Guadalupe Llanes:
Estoy de acuerdo.

Enrique Aramendia (Universidad Complutense de Madrid):
Sin embargo, también se podría decir que estas metafísicas atacan precisamente la clausura propia de cada una de las ramas científicas. Un ejemplo típico es la diferencia entre psicología y neurofisiología. La psicología busca una autonomía y una clausura que estaría en riesgo en esta metafísica del proceso.

Gerardo Trujillo:
No estoy seguro de que la psicología estuviese en peligro. Más bien creo, confío, en que saldría reforzada por la metafísica, zubiriana en este caso. Creo que esto se verá cuando lleguemos al tema de “la persona”.

Enrique Aramendia:
Sí, me refería al problema de la clausura. Que también sería aplicable a la persona y a todas las diferentes teorías que la cuestionan, desde las teorías de cognición extendida hasta la visión oriental de la conciencia como advaita vedanta. Éstas serían teorías que se encuentran cómodas en una metafísica del proceso, pero no tanto dentro de una clausura de la persona como notas constitucionales.

[Sobre la mención del multiverso de Everett hecha por Ramón]

Manuel David Morales:
El multiverso es una hipótesis especulativa, solo las versiones más modestas (no la de Everett, sino por ejemplo la que surge de la inflación eterna) son las que pudieran ser ciertas, pero está por demostrarse. Hasta ahora, solo son posibles de ellas las que se basan en análisis probabilísticos bayesianos, o sea, hay varias hipótesis de multiverso, y algunas pudieran ser menos extravagantes que otras. Pero hasta que no se demuestre, es decir, tengamos evidencia directa de otro universo (por ejemplo, a través de la radiación de fondo de microondas), será algo especulativo. Igualmente pienso que sí podemos hablar de nuestro universo, si nos referimos al universo observable, y de hecho, eso es lo que piensan los cosmólogos, por lo general, ateniéndose exclusivamente a la evidencia.

Miguel Ramón:
Sí, pero lo que digo yo es que, si tiene sentido hablar de multiversos; es porque hay separabilidad material o reológica o, si se prefiere, óntica (para hacerme entender) entre ellos, si no es así lo que hay es distintos modos, lugares de un mismo universo, pese a que las leyes de "esos lugares" sean distintas.

Ignacio Clavero:
Esta conversación necesita que se defina la idea de Universo.

Manuel David Morales:
Es que las versiones más modestas del multiverso no requieren que haya otras leyes en esos otros universos. Simplemente sería una ampliación espacio-temporal, y que ahí no podemos acceder por principio de causalidad. Podemos seguir en los foros. [Aquí] creo que se refleja que esto de la relación entre sistemas es un problemón.

2b. A vueltas con el problema del “sujeto”

[Sobre la defensa que Källgren hace de su idea de “sujeto”, en su segunda intervención]

Ignacio Clavero:
Sí, pero creo que Karolina habla del sujeto como organismo vivo, el animal o el hombre. Pero no del sujeto como sustrato. Es importante esta distinción.

Enrique Aramendia:
Parece un problema complejo que está latente y que en las metafísicas del proceso se puede contemplar con más claridad.

Karolina Enquist Källgren:
Pero se diría que mi exposición (observación) se sujeta en un quién capaz de observar una cosa; sujeto si uno quiere, ni más ni menos real que las cosas que habría que tomar como punto de partida.

Ingrid Lares:
De acuerdo con Karolina.

Karolina Enquist Källgren:
Podemos seguir diciendo que “sujeto” etimológicamente significa una cosa definida, pero no significa que en otros conceptos de sujeto no entren diferentes maneras de entender “sujetar”. El asunto estriba en que muchas filosofías del siglo XX (y yo incluiría a Heidegger) han tratado de darle la vuelta a eso. Que no es que la observación se sujete en la persona, sino que la persona se sujeta en lo que observa. Que es la realidad la que tira de la persona, y no la persona la que tira de la realidad. Es el yecto o la fruición de Zubiri. Es un poco devolver el centro afuera, sin perder de vista lo ganado con la modernidad, que es la humildad de saber que solo puedo partir de experiencias puntuales y finitas. Es un poco mi perspectiva.

Guadalupe Llanes:
Como el “superjeto” whiteheadiano.

Karolina Enquist Källgren:
Creo que Heidegger tiene las dos cosas, por un lado la realidad se da al Dasein, pero por otro lado el Dasein se despierta en un modo (por ejemplo el filosofar) a la realidad. Esto último en las clases que da sobre Aristóteles antes de Ser y tiempo.

Ignacio Clavero:
Karolina, ¿para ti sujeto y objeto son correlativos?

Karolina Enquist Källgren:
Eso es también cierto. Aun así, creo que habría que explorar el asunto.


  1. Un ejemplo proporcionado por el Dr. Morales durante la elaboración de esta crónica es el gas de Fermi. Este se compone de fermiones, no interactuantes, indistinguibles, en equilibrio, sometidos a un pozo de potencial. En este caso, los fermiones estarán en diferentes niveles de energía por el principio de exclusión de Pauli, resultando que la energía total del sistema es mayor que la energía de cada partícula en su estado base. Luego, es posible calcular, estadísticamente, propiedades termodinámicas macroscópicas del gas como la temperatura, el potencial químico, la entropía, etc.
  2. La interpretación de Hugh Everett de la mecánica cuántica dice que, cada vez que ocurre un evento en el que se mide una observable física, nuestro universo se desdobla en diferentes universos paralelos, en el que cada valor posible de dicha observable cobra realidad. Para una ilustrativa exploración del multiverso en contexto de la teología natural, ver MORALES, Manuel David. La hipótesis del multiverso... y algunas otras [en línea] Nat. y Tras. (Rev. RYPC), 15 febrero 2012 <https://www.revista-rypc.org/2012/02/la-hipotesis-del-multiverso-y-algunas.html> [consulta: 12/20/2020]
  3. Recordemos, de la primera parte de esta crónica que Sierra-Lechuga habló del peso como ejemplo de una nota adventicia que se obtiene por interacción de sistemas, mientras que Zubiri habla del peso para afirmar que tiene una función biológica –un individuo más pensado es más propenso a morir en una caída que otro menos pesado. Ver: VARGAS, Javier. Las Estructuras, Parte I [en línea]. Revista RYPC, 22 diciembre 2020. <https://www.revista-rypc.org/2020/12/realidad-y-proceso-las-estructuras-parte-i.html>
  4. Sierra-Lechuga hace mención de que también se habla hoy en esas ontologías de discernibilidad fuerte y débil.
  5. Cf. SIERRA-LECHUGA, Carlos. El problema de los sistemas desde la reología de Xavier Zubiri: para una metafísica contemporánea de la sustantividad. Viña del Mar: Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, 2019.
  6. El lector ha de quedar atento a la crónica del tema venidero llamado “La persona”.
  7. VARGAS, Javier. Ídem.

Citación (ISO 690:2010): VARGAS, Javier. Las Estructuras, Parte II [en línea]. Revista RYPC, 22 diciembre 2020. <https://www.revista-rypc.org/2020/12/realidad-y-proceso-las-estructuras-parte-ii.html> [consulta: ].