miércoles, marzo 10, 2021

Comentario a la luz de “El Diluvio: El Génesis en su contexto”

Publicado en el canal divulgativo: Naturaleza y Trascendencia | Citación

Comentario a la luz de “El Diluvio: El Génesis en su contexto”

Mosaico de Noé. Capilla Palatina, Palermo.
Fuente: christianiconography.info.

Cristian Fica

A mi parecer, es interesante y desafiante leer un texto que combine y defina relatos antiguos religiosos como “míticos”, como el que fuera publicado en la Revista RYPC, de la pluma de Jonathan Morales1. En el caso anterior, es el relato del diluvio que goza de evidente influencia por parte de los mitos de otras culturas.

Es interesante porque aún tenemos diferentes comprensiones en una frase tan corta como “los relatos religiosos antiguos son relatos míticos”.

Primero, sobre un relato religioso antiguo.

Suele concederse una suerte de inalterabilidad absoluta a un relato (caso extremo), de tal modo que si el texto dice “en seis días se creó el mundo y al séptimo Dios descansó”, nada de eso se pone en duda. La religión, fe y espiritualidad, recordemos, no son solo partes de un plano social y comunitario, sino también de uno personal y muy íntimo: toca nuestra sensibilidad. Es obvio que cuando comienzan a ponerse en duda algunos cimientos de fe o las enseñas dadas desde nuestra adhesión al cristianismo, sentimos cierto ambiente hostil: algo ataca a una creencia muy personal e importante.

Ahora bien, la religión posee, al menos en el cristianismo el cual conocemos en más profundidad, un carácter comunitario debido a que no se vive en un intimismo radical: se reza con o por el prójimo; se celebra la fe con otro; y la fe se anuncia a otro, etc. El cristianismo no se vive aislado. El aspecto comunitario radica en la definición originaria del término Iglesia: asamblea o los que se congregan ante Dios.

La cuestión es que el aspecto personal e íntimo no es una forma contraria a lo expresado anteriormente, sino que se refiere a la apropiación personal de lo transmitido por la fe recibida. Un ejemplo es la idea de Dios Padre: todos entendemos lo que es un papá; sin embargo, por la historia personal, esta idea de padre tendrá unos matices más marcados en una y otra persona (un padre es quien cuida, un padre es quien corrige con firmeza por cariño, o un padre es quien ama incondicionalmente, etc.). Para cada creyente, siempre habrá un matiz más fuerte que otro. Y, precisamente, cuando ponemos en duda aspectos de la fe, es que estos matices afloran más en algunos creyentes que en otros, qué duda cabe.

Ahora, pasemos al segundo punto. Un relato mítico.

Usualmente, al pronunciar el término relato mítico, se piensa instintivamente en Grecia, Egipto, los vikingos, y en algunos casos, a alguna cultura aborigen. Las historias sobre Zeus, Ra, Odín, Inti u otra deidad, están envueltas en un halo de ser una historia para entretener, que es cultura, pero que, de fondo, nunca ocurrió, y que no es verdad.

Al realizar la interacción entre relato religioso como relato mítico, nuestra mente inmediatamente interpreta: “dice que mi creencia religiosa es falsa”. Nuestras defensas mentales se activan e inmediatamente se genera un rechazo a priori de quien ha pronunciado esta frase.

¿Qué ha ocurrido con el relato del diluvio?

Como ha hecho ver Jonathan Morales, no es poca la bibliografía y autores que demuestran que el relato de una lluvia catastrófica no se encuentra solo en la Biblia. Es más, no es original del escritor bíblico, ya que el relato de Gilgamesh es mucho más antiguo y ha influido a la historia de Noé considerablemente. La séptima cita de Jonathan2, es muy iluminadora al respecto.

¿La Palabra de Dios (una parte de ella) ha sido influenciada por una cultura pagana?

La respuesta es afirmativa, y no nos debe provocar ningún sentimiento de hostilidad. Debemos ser curiosos.

¿Realmente es falso un relato mítico? Situémonos en el contexto en que estos relatos fueron escritos. Es una época donde no hay más historia que la oral, y en la que, además, solo unos pocos privilegiados pueden pagar a un escribano. A veces pasamos por alto este dato, pero la alfabetización de la población es un proceso muy tardío, y que el poder leer y escribir era un lujo que poseían ciertas clases sociales. Cuanto más difícil y costoso era entonces hace más de dos mil años. Leer y escribir eran un lujo.

Si la historia era entonces oral, y la escrita podía ser leída por solo unos pocos, todo relato estaba construido a partir de lo observado y lo heredado ¿Pero no es igual que ahora? Sí, pero con mucha menos tecnología y conocimiento científico del mundo. Por ejemplo, sabemos que los truenos y relámpagos no son Thor o Zeus.

Si mantenemos esta idea, entonces ¿el relato mítico es falso? ¿No es mejor acaso reinterpretar al mito como una historia antigua que busca dar sentido a una realidad que se observa, pero no se comprende a cabalidad, y le estamos buscando respuesta?3

Interpretar desde esta óptica los relatos míticos nos permite escapar de un problema muy grande y aún extendido entre los cristianos: la lectura literal de la Biblia. Como ejemplo está el séptimo día de la Creación ¿Por qué un dios todopoderoso que no requiere reposo, cierra con un descanso? O ¿Por qué un dios omnisciente debe preguntar dónde se esconde Adán minutos después de que este pecase?

Este ejercicio puede hacerse en diversas partes de la Biblia, y notaremos que hay cosas que simplemente, por lógica, no cuadran incluso al interior del mismo relato. Es importante recordarlo: la Biblia no es literal. Pero, además, debemos poner atención: no todo texto antiguo es mítico, como no todo es literal, como no todo es simbólico, teniendo presente que estos tres conceptos los utilizamos de manera diferenciada. Por mítico, queremos comprender aquí lo correspondiente a un relato que busca dar algún sentido o respuesta a algún fenómeno o hecho importante para una comunidad (“Solo Dios estaba en el inicio de todo”: sólo Yahvé es el único Dios), el cual es una explicación que corresponde a categorías propias del contexto y cultura en el cual el relato mítico ha emergido y ha permeado. Ahora bien, no todo lo contenido en un relato mítico es simbólico, ya que el mito es narración, cuento o relato. El símbolo, si bien también se expresa y tiene su fuerza en determinados contextos y culturas, más que un relato, es un signo o elemento que remite a otro. La cruz es un elemento real para el cristiano y es, hoy por hoy, un símbolo.

Por su parte, lo literal implica una forma de lectura, la cual ha generado varias complicaciones a lo largo de la historia, −por ejemplo, en la aceptación y/o comprensión del tiempo que tomó el origen del universo. Pero también podemos darnos cuenta de que la lectura literal no se sostiene en relatos y narraciones que exigen conocer la cultura en la que se despliega. Un caso concreto es en el que, aun cuando el mismo Jesús declaró que es más conveniente cortarse la mano o arrancarse el ojo cuando estos sean ocasión de pecado, entendemos que, por el mensaje y por quien es Cristo, no hay que mutilarse a uno mismo.

Lo importante aquí es reconocer que no porque algo es simbólico o mítico es falso, sino que hay que entender que tiene un significado en su interior. Conocer el significado literario detrás del escrito es la clave. La Biblia está compuesta por secciones, y al interior de estas, se encuentran segmentos de otras historias más extensas que son de un estilo narrativo, y luego vuelven a cambiar.

Por ejemplo, en el relato de la creación humana hay una “pausa” interna. Al final del capítulo 2 del Génesis, Dios crea a Eva, pero en el penúltimo versículo, el 24, se realiza una aclaración que no tiene sentido al interior del relato: “Por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y se hacen una sola carne” ¿A qué padre y madre están dejando Adán y Eva? El relato ágil y sutilmente pasa de ser la narración de la creación humana a una aclaración sobre el modo de ser de la familia. Pero casi imperceptiblemente, volvemos de inmediato al Edén.

¿Qué pasa, por ejemplo, con el diluvio en el Génesis?

Proviene muy probablemente de la cultura babilónica, y esta lo ha influenciado en gran medida. Pero eso no significa que la antigüedad es un constante ejercicio de plagio, que solo varía al intercambiar el nombre de los personajes.

Significa que los escritores bíblicos, como todo ser humano, como todos nosotros, son hijos de su época. No le es ajeno lo que ven, lo que aprendieron, lo que viven y lo que vivieron al momento de redactar una historia. El relato del diluvio de Noé tiene influencias, ya que el contexto es del estar esclavizados en otra civilización, pero no por eso deja de tener novedades y particularidades únicas. No es original totalmente, pero si tiene novedades. La más importante, para cualquier judeocristiano, es que Dios es el único y verdadero Dios: no hay un enfrentamiento o lucha contra otras deidades.4

Y, sin embargo, la estructura mítica5 no está ausente: el arcoíris.

Los fenómenos de la naturaleza poseen su fuerza precisamente en lo que la deidad antaño realizó. Cuando este fenómeno se repita, automáticamente tendrá un significado para una cultura. Cuando judíos, jóvenes, adultos y ancianos de aquella época observaron el arcoíris, inmediatamente la educación religiosa les hará recordar que ese fenómeno es la materialización de la promesa de Dios que, alguna vez molesto por la maldad humana, nunca más volverá a azotar a la Tierra con la furia del diluvio.

De todas formas, para quien quiera conocer más sobre el diluvio, vuelvo al documento de Jonathan, quien ha entregado una bibliografía y explicación exegética mucho más extensa y desarrollada. Lo que he intentado aquí ha sido buscar un punto de encuentro que conjugue de buena forma el significado de que nuestros textos bíblicos (sobre todo los antiguos que son similares a otros textos antiguos de otras culturas6) poseen un carácter mítico, y que esto no es impedimento para que posean una fuerza salvadora de nuestro Dios Trino.

Que los relatos sean míticos no significa que sean falsos, sino que poseen conceptos e imágenes que quieren remitir a algo. Muy probablemente, el mundo no fue creado en seis días, pero sí posee un único Creador; probablemente las criaturas no aparecieron en el orden narrado, pero sí todas son originalmente buenas y amadas por Dios. Probablemente la mujer no es, literalmente, nacida de la costilla del varón, pero sí que el género humano es creación a imagen y semejanza de Dios.

Nuestra fe nos invita a aprender. Sobre todo, porque corresponde a otra cultura, de hace siglos, y en otro idioma. La distancia cultural es mucha, pero no inabarcable.

De esto tratan los estudios exegético-teológicos: descubrir qué hay de literal, de mítico, o de simbólico en la Palabra de Dios, y cuál es la verdad salvífica contenida en ella.

Bajo esta óptica de fe, poco importa si la serpiente tenía patas o no.

En conclusión: ¿cuáles son los criterios para conocer lo mítico, de lo que literalmente ha ocurrido? Desde el catolicismo, el Concilio Vaticano II, en su constitución Dei verbum 127, arroja luces para cualquier persona, creyente o no, que busque encontrar el sentido más fidedigno de la Escritura. Una parte de este número señala que:

[H]ay que atender a “los géneros literarios”. Puesto que la verdad se propone y se expresa de maneras diversas en los textos de diverso género: histórico, profético, poético o en otros géneros literarios. Conviene, además, que el intérprete investigue el sentido que intentó expresar y expresó el hagiógrafo en cada circunstancia según la condición de su tiempo y de su cultura, según los géneros literarios usados en su época.

De esta forma, aun si no poseemos todas las herramientas para dilucidar el mito de lo simbólico y de lo que realmente ocurrió, ya sabemos que se deben conocer los géneros, contexto, autor, remitentes, etc, del libro, párrafo u oración contenida en la Sagrada Escritura.

La verdad invariable para los cristianos es que Yahvé es Trino, único y verdadero Dios, creador del Cielo y de la Tierra y de todo el Universo.


Agradezco la ayuda y comentarios de los hermanos Manuel y Jonathan Morales, quienes colaboraron en la edición y motivación de este escrito.


  1. MORALES, Jonathan. El Diluvio: El Génesis en su contexto [en línea]. Nat. y Tras. (Rev. RYPC), 9 enero 2012. Disponible en <https://www.revista-rypc.org/2012/01/el-diluvio-el-genesis-en-su-contexto.html> [fecha de consulta: 2 marzo 2021].
  2. OCHOA, José. Atlas histórico de la Biblia. Tomo I: Antiguo Testamento. Madrid: Acento Editorial, 2003. Incluída en MORALES, Jonathan, ibídem.
  3. Jonathan ya ha realizado una reflexión sobre el mito en MORALES, Jonathan. Verdad y Ficción Bíblica [en línea]. Mos. Teol. (Rev. RYPC), 31 marzo 2011. Disponible en <https://www.revista-rypc.org/2011/03/verdad-y-ficcion-biblica.html> [fecha de consulta: 2 marzo 2021].
  4. Pablo de Felipe habla con más información respecto a la cosmogonía en DE FELIPE, Pablo. Sobre “EL DEBATE DE LOS ORÍGENES”. Alétheia 14: 62-64, 1998. Se puede consultar un respaldo en línea de dicho artículo en: <https://cutt.ly/Lzc0nTp>.
  5. Para quien se interese en el tema de la estructura de un mito y de las relaciones de estos entre culturas, recomiendo la lectura de Mircea Elíade y sus diversos libros referentes al tema, como:
    ELÍADE, Mircea. Imágenes y símbolos. Madrid: Taurus, 1979.
    Mito y realidad. Barcelona: Kairós, 2003.
    Historia de las creencias y las ideas religiosas. Madrid: Cristiandad, 1978.
    Tratado de historia de las religiones: Morfología y dialéctica de lo sagrado. Madrid: Ediciones Cristiandad, 2000. Estas son solo algunas obras del autor.
  6. Una perspectiva que hasta hoy contribuye enormemente a la lectura de los mitos en la Biblia Hebrea es la propuesta de Paul Ricour. Para una mirada panorámica ver GONZÁLEZ OLIVIER, Adelaida E. Paul Ricoeur: creatividad, simbolismo y metáfora [en línea]. Revista Nordeste 33, 2012. Disponible en <https://revistas.unne.edu.ar/index.php/nor/article/view/1266> [fecha de consulta: 2 marzo 2021].
  7. CONCILIO ECUMÉNICO VATICANO II. Constitución dogmática Dei verbum sobre la divina revelación [en línea]. La Santa Sede. Disponible en <https://cutt.ly/ezctvIs> [fecha de consulta: 2 marzo 2021].

Citación (ISO 690:2010): FICA, Cristian. Comentario a la luz de “El Diluvio: El Génesis en su contexto” [en línea]. Nat. y Tras. (Rev. RYPC), 10 marzo 2021. <https://www.revista-rypc.org/2021/03/comentario-sobre-el-diluvio-el-genesis.html> [consulta: ].