jueves, abril 12, 2012

El elemento político en la objetividad científica

Publicado en el canal divulgativo: Naturaleza y Trascendencia | Citación

El elemento político en la objetividad científica

Política. Fuente: disgoo.com
Luis Fernando Ortiz

Existe en el mundo cristiano evangélico latinoamericano una gran desconfianza de las conclusiones que la ciencia ha tenido sobre el funcionamiento de la realidad, tanto natural como social. Esto debido a que no han sido muy benéficas para con la concepción cristiana del mundo. De ésta manera se ha procedido a descalificar de antemano cualquier opinión e idea surgida en el mundo científico, aunque, ha sido más bien con un tono de burla antes que resultado de un análisis serio de las ideas presentadas. En todo caso se desestiman porque surgen en "mentes que no han conocido a Dios y por lo tanto tratarán por todos los medios de descalificar la fe cristiana", al menos, eso es lo que se cree. La conclusión a la que se llega es que no hay una objetividad en el pensamiento científico, pues se encuentra de antemano contaminado con prejuicios.

Cómo bien se ha demostrado en algunos blogs de esta revista, esa desconfianza no tiene razón de ser. Si bien hay evidencias que van en contra, también existen otras evidencias a favor, por lo que no se trata de una lucha sino de un diálogo, de escuchar lo que otras posiciones tienen que decirnos y a las cuales también tenemos algo que decir.

I
Pensamiento científico objetivo

¿Existe un pensamiento objetivo dentro de la ciencia? ¿En realidad las conclusiones a la que llegan los científicos son libres de prejuicio, y por tanto dignas de confianza? En lo que sigue, tratare de desarrollar la temática.

La cuestión de si hay objetividad en el pensamiento científico, es algo que ha sido tema harto debatido en la formación de las ciencias. Ello se debe a que dentro de ellas, se trata de muchas maneras de que las conclusiones arrojadas en la observación y experimentación, no sean contaminadas con prejuicios o contenidos de valor que puedan distorsionar la magnitud de verdad al tratar de descubrir el funcionamiento de los fenómenos estudiados.

Esta objetividad ha sido buscada intensamente, puesto que en el pasado muchos científicos antes que obedecer a una búsqueda neutra de la verdad, querían que sus conclusiones confirmaran sus pensamientos primero que la realidad misma.

Han existido tres momentos importantes en el desarrollo de las ciencias, pues no todas nacieron en el mismo momento. Se han sucedido tres revoluciones en la constitución de lo que hoy consideramos como ciencias maduras. El primer momento es la génesis y maduración de las ciencias naturales, el cual tuvo lugar entre el siglo XVI y el siglo XVIII; el segundo momento se desarrollan las ciencias aplicadas del siglo XVIII al XIX, en estas están aquellas que serían relativas a la técnica; por último se constituyeron las teorías del desarrollo socio-histórico entre los siglos XIX y XX, lo que consideramos la ciencia social.

El conocimiento en todas esas áreas se ha ido desarrollando en forma dialéctica, nunca ha estado estático. Podemos entender la transformación de ideas, paradigmas y teorías científicas como una sucesión de momentos. Se afirma una forma de ver el mundo y se establece como teoría dominante, como un conjunto de conocimientos compartidos por una comunidad científica hasta que, nuevos descubrimientos ponen en tela de juicio lo ya establecido haciendo necesario una revisión. Surge entonces la síntesis del proceso con un contenido de verdad mayor, esto se modificará con la aparición de una nueva contradicción desembocando en otra síntesis. Este forma de ver el desarrollo del conocimiento nos permite entender cómo se ha desenvuelto la ciencia a través del tiempo ya que, erróneamente se considera al revisar la historia de la ciencia que el avance en ella fue lineal únicamente por medio de inventos; en los textos llega a aparecer que este o aquel otro invento hizo avanzar a la ciencia cuando en realidad el proceso fue y es mucho más complejo.

En el desarrollo dialéctico del conocimiento, las creencias en cuanto al funcionamiento de la realidad se van modificando dejando cada vez menos espacio para la especulación. El perfeccionamiento de los instrumentales utilizados así como los métodos hace que el acceso a la comprensión de la realidad sea más completo. Se va reduciendo poco a poco la oportunidad de ser parcial en el análisis abriendo la posibilidad de estudio a un más amplio campo.

Ahora, pensar en la evolución de la ciencia como un proceso solamente intelectual en el cual, la trasformación de paradigmas científicos son la base total del avance en la ciencia es, de nuevo observar sólo una parte del proceso. Además de toda la transformación que sufre la ciencia debido al replanteamiento de ciertas teorías cuando se percata de que ya no reflejan de una forma fiel la realidad, no se debe olvidar que la actividad científica está encaminada hacia un fin: mejorar la producción de bienes dentro de una sociedad. Este proceso es la significación social de la actividad científica.

El hombre como ser transformador de la naturaleza de donde obtiene su supervivencia, que, además, se relaciona con otros seres humanos para lograr este fin, necesita modificar sus instrumentos de trabajo para aprovechar mejor su medio ambiente. Este desarrollo de los medios de trabajo se fue dando de una manera muy lenta en periodos civilizatorios antiguos por lo que la actividad científica fue poca o casi nula en esa etapa histórica.

Fue hasta la transformación de la sociedad feudal en una sociedad capitalista que se revolucionaron las ciencias1, pues, en esta etapa histórica caracterizada por una metamorfosis productiva como nunca antes se había dado, la industria necesitaba de un mejor conocimiento de la naturaleza. Se desarrollaron la ciencia física y química para un mejor aprovechamiento de los minerales, invención de maquinas, mejoramiento de procesos, utilización de nuevas materias primas, etc.

El proceso de conocimiento va muy ligado a las necesidades que la sociedad hace frente.2 Y aunque el ser humano siempre ha enfrentado el problema de subsistencia desde el origen de su existencia, las relaciones sociales que se establecen en el interior de la sociedad han ido cambiando a través del tiempo. De esta manera, por ejemplo, aunque en sociedades como la babilónica o la egipcia ya habían logrado importantes progresos en cuanto al desarrollo matemático, su organización social les impedía avanzar en otras áreas.

II

Ciertos sectores en la iglesia medieval no querían que se desarrollaran las ciencias naturales oponiendo resistencia a ellas.3 Pero la naciente burguesía que si estaba interesada en su desarrollo, apoyó fuertemente la investigación en estas áreas a fin de destruir la vieja estructura feudal y así transitar a otra forma de sociedad. Es aquí donde encontramos el elemento ideológico y que condiciona la objetividad del pensamiento científico cuando este forma parte de un grupo de poder.
El pensamiento objetivo dentro de la ciencia natural ha llegado a importantes progresos. Esto ha sido posible en cuanto dejó de ser presa de grupos de poder:

...durante todo un periodo, también las ciencias de la naturaleza fueron el terreno de un combate ideológico. Del siglo XV al XIX, las clases dominantes clericó-feudales resistieron a las ciencias de la naturaleza, que constituían un desafío a su sistema ideológico. Durante siglos, la astronomía fue el campo de una lucha encarnizada, ideológica e incluso a veces política, y los hombres de ciencia frecuentemente fueron víctimas de la represión de los aparatos del Estado (Giordano Bruno, Galileo, etc.).4

Como consecuencia algunas teorías que no estaban en concordancia con lo que la institución quería que se tuviera por visión del mundo eran descalificadas.5 Y si bien, el dominio ideológico por parte de la iglesia era un poderoso antídoto contra el pensamiento objetivo, este por fin ha podido desarrollarse.

De todos los intentos por entender por medio del razonamiento el funcionamiento de los fenómenos observados, aquellos hechos que corresponden a los científicos sociales se encuentran, con una gran influencia; es decir, la objetividad es mucho más difícil, y creo yo es imposible de lograrla.

Tres casos históricos: Marxismo, Antropología y Neoliberalismo

El siglo XX se caracterizó por las luchas políticas al querer ejercer dominio sobre el mundo entero. Dos visiones se pusieron como contrapuestas. Por un lado el capitalismo, con su representante Norteamericano, y por el otro; el socialismo, cuyo embajador era la URSS.

Estas dos potencias, en su momento, compitieron por extinguirse una a la otra. Ejercieron completo dominio ideológico y económico en una gran cobertura de países. Por tanto implantaron sus visiones específicas como únicas, verdaderas e inerrantes.

El marxismo perdió entonces su capacidad crítica de la realidad y se puso al servicio del aparato administrativo del Estado soviético. La visión Estalinista del marxismo se impuso como la única oficial, y fueron perseguidos pensadores que seguían en la línea del marxismo crítico:


El estalinismo consiguió someter al movimiento marxista internacional a su dominio ideológico, político y burocrático, estigmatizando como traición hasta las expresiones más elementales de crítica y disidencia. Rompió toda clase de ligas con la actividad de las ciencias sociales, cuya autonomía halló intolerable, y pretendió reducirlas en todas partes al papel de servidoras del aparato ideológico y burocrático. Se impusieron el dogmatismo más severo, la interpretación oportunista de los textos consagrados realizada a su conveniencia por los burócratas de la nueva clase, y el divorcio completo con las ciencias y con sus resultados. El producto fue la esterilidad científica e intelectual de la corriente principal del marxismo moderno su aparición como una falsa conciencia revolucionaria.6

El proceso de conocimiento de la realidad social dentro de la URSS fue puesto bajo las concepciones del poder político en turno. El apoyo hacia las economías latinoamericanas inclusive fue afectado por esa decisión al no considerarlas aún aptas para una transformación social.

Otro caso singular, es el de la antropología. Sus estudios pretendían revelar científicamente el funcionamiento de sociedades no europeas pero en realidad, mucho de su estudio tuvo que ver con el imperialismo de los países desarrollados:


La antropología social británica se propuso un pacto fáustico con el demonio del imperialismo capitalista. Es decir negoció la posibilidad de desarrollar la ciencia social a cambio de entregar sus resultados a la administración del colonialismo, y obtuvo así una ciencia pervertida y falseada. La perversión por supuesto, es una categoría moral que no dice nada sobre la validez de la ciencia pero mucho sobre los usos que se hacen de ella. La antropología fue pervertida al ponerse al servicio de la conservación de un sistema inocuo como el colonial. Cuando el viejo sistema comenzó a desintegrarse, la antropología sirvió además, para establecer formas más sutiles de colonialismo y para combatir las luchas de liberación nacional.7

Y hoy, el neoliberalismo se ha propuesto como la única forma de entender el mundo; una forma donde no hay otra opción que el capitalismo. Al hacer esto, niega el carácter transitorio de la sociedad en turno. La ciencia que se erige en torno a dicho pensamiento, se vuelve entonces, una ciencia falseada y apologética del sistema. No se le permite vislumbrar más de lo que los grupos de poder quieren que se ponga de manifiesto, la objetividad en este caso se compromete para satisfacer lo que más acomoda, en vez de buscar lo que realmente sucede. Surgen de nuevo los mitos como explicadores de causa y efecto sociales, y el científico queda desprestigiado al defender una visión falseada.

Conclusión

La ciencia no es ajena del proceso de desarrollo de la sociedad. Tanto ella incide en este proceso y a la inversa, este desarrollo influye en sus postulados y en lo que investigará. Por tanto, puede ser utilizada como medio para justificar ciertas acciones de algunos grupos. Así ha sido históricamente con las ciencias exactas, las cuales con el paso del tiempo han logrado apartarse en cierta manera de esta tendencia, aunque en momentos se vuelve a nublar su objetividad.8 En la ciencia social siempre ha existido este problema, y sólo será superado cuando no existan clases sociales, pues una u otra teoría siempre será expresión de alguna clase social. La cuestión se remite a verificar cual es entonces la menos ideologizada.

Cómo una pregunta al aire, viendo que el grado de desarrollo social condiciona el avance científico, ¿acaso no sucede lo mismo con la teología? ¿Sus postulados no se encontrarán influenciados también por el estadio social en que nos encontramos? Eso queda para que nos respondan los teólogos pero todo parece apuntar a que sí.


  1. Con esto no se quiere insinuar que no hubo desarrollo del conocimiento en las diferentes sociedades humanas, sin embargo, las relaciones productivas no exigían una mayor profundización que desembocara en las grandes transformaciones modernas.
  2. Hoy por ejemplo, la computación se encuentra en auge debido a lo que se considera la revolución técnico-informática que moldea el capitalismo actual.
  3. La sociedad feudal, era una sociedad en la cual la organización tenía una fuerte cohesión por medio de la Iglesia. Esta institución desempeñaba un papel importante en la vida social en este periodo, por lo que su peso dentro del avance de la ciencia era grande. Hoy, otras instituciones cumplen papeles similares al que desempeñó la iglesia como formas de resistencia al avance de la ciencia. No fue tanto la biblia la que no permitiera este avance, fue la institución eclesiástica.
  4. LOWY, Michel, Objetividad y punto de vista de clase en las ciencias sociales, en, LOWY, Michel et. al., Sobre el método marxista, Grijalbo, México, 1973, p. 19.
  5. Con esta afirmación, puede caerse en el error de creer entonces que la biblia estaba en total discordancia con lo que las nuevas observaciones arrojaban. Al contrario de esto, la iglesia como autoridad incluso llego a poner una visión totalmente contraria a la biblia. Para este punto véase: McMULLIN, Ernan, El caso galileo. Disponible en internet: <http://www.st-edmunds.cam.ac.uk/faraday/resources/Faraday%20Papers/Faraday%20Paper%2015%20McMullin_SPAN.pdf>
  6. PALERM, Ángel, Antropología y Marxismo, EDIMPRO, México, 2008, p. 57.
  7. Ibíd. p. 58.
  8. Ejemplo de esto ha sido, cuando los procesos de producción de las empresas incurren en un gran costo ecológico. Se procede a contratar científicos para que digan que todo va normal, que aún se tiene reservas de recursos naturales. Estos científicos renuncian a su objetividad para convertirse en apologistas a sueldo como lo sucedido con el debate intenso sobre el calentamiento global.

Citación (ISO 690:2010): ORTIZ, Luis Fernando. El elemento político en la objetividad científica [en línea]. Nat. y Tras. (Rev. RYPC), 12 abril 2012. <http://www.revista-rypc.org/2012/04/el-elemento-politico-en-la-objetividad.html> [consulta: ].