miércoles, marzo 28, 2012

Ciencia y Fe en los Padres de la Iglesia, Parte II

César Navarro

Los Padres Apostólicos y Apologistas

En esta ocasión consideraremos de qué forma figura la relación de fe y ciencia en algunos escritos de los padres apostólicos y los padres apologistas y si se puede distinguir algún aporte positivo a esta relación.

Epístola a Diogneto

No se encuentra mucha información sobre la actitud o la percepción hacia la naturaleza que tenían los padres apostólicos. Esto se debe, a que como señala Justo González, los escritos de los padres iban dirigidos a cristianos en la intimidad de la iglesia.1 Justo hace una excepción con la Epístola a Diogneto2, que se cuenta normalmente entre los padres apostólicos pero está escrita en calidad apologética y va dirigida a un tal Diogneto. Además de confrontar la idolatría y explicar las creencias y el modo de vida de los cristianos en el mundo, la carta invoca a Dios como Creador Todopoderoso del universo. En la carta, Jesús es visto igualmente como el artífice del mundo enviado por Dios:

…[Dios] plantó entre los hombres la verdad y la santa enseñanza…la fijo firmemente en sus corazones, no como alguien podría pensar, enviando…al mismo artífice y creador del universo, por quien Él hizo los cielos, y por quien Él retuvo el mar en sus propios límites, cuyos misterios (ordenanzas) observan todos los elementos fielmente, de quien [el sol] ha recibido incluso la medida de su curso diario para guardarlo, a quien la luna obedece cuando Él le manda que brille de noche, a quien las estrellas obedecen siguiendo el curso de la luna, por el cual fueron ordenadas todas las cosas y establecidos y puestos en sujeción, los cielos y las cosas que en los cielos, la tierra y las cosas que hay en la tierra, el mar y las cosas que hay en el mar, fuego, aire, abismo, las cosas que hay en las alturas, las cosas que hay en lo profundo, las cosas que hay entre los dos.3

Como señala la epístola, Dios no es solo Señor y Creador del universo sino también quien estableció el orden, sustenta continuamente todas las cosas y manda a la creación para que las cosas sucedan. Aquí vemos parte de la semilla de lo que vendría a ser, para el mundo medieval, la naturaleza como jerarquía creada. No está más decir que esta manera de percibir el mundo como establecido y ordenado ha sido un pilar crucial en el desarrollo de la filosofía natural y la ciencia en occidente.

El Pastor de Hermas

El Pastor de Hermas contiene parábolas de lecciones morales, rica de alegorías, en donde se utilizan imágenes naturales. El escritor relata lo ocurrido justo antes de tener sus visones. “Después de cierto tiempo, cuando estaba dirigiéndome a Cumae, y glorificando las criaturas de Dios por su grandeza y esplendor y poder, mientras andaba me quedé dormido”.4 El Dios de los cielos es el creador de todas las cosas a partir de la nada, o de las que no son “κτισας εκ του μη οντος τα οντα”.5 Dios con su gran poder y sabiduría, le dio a la creación propósito y hermosura.6 Varias veces es repetido que Dios es el creador de todas las cosas y su creación es vista como una obra hecha de la nada.

Los Apologistas

Quienes empezaron a tener una consciente disposición en cuanto cierta actitud comprensiva hacia la naturaleza fueron los cristianos del segundo y tercer siglo, los llamados padres apologetas. Ellos tienden a hablar de la creación7 en relación al mundo griego y pagano que les circunda. Muchos de esta nueva élite venían de trasfondos filosófico-educativos paganos. Nuevamente hay que advertir que la ciencia como se conoce ahora no existía, sino que como ya se mencionó, existían ciertas creencias acerca de la naturaleza (filosofía natural)8. Había toda una gama de conocimientos en cuanto a los cuerpos celestes, su movimiento, los elementos, medicinas, explicación de diferentes fenómenos naturales, cosmologías y teogonías que explicaban la relación entre el cosmos y los dioses. Para confrontar a la filosofía pagana, los cristianos tenían que incorporar en sus escritos sus conocimientos de esta misma filosofía que en reiteradas ocasiones fue una filosofía del tipo natural.9 Mientras Teófilo de Antioquía y Taciano, resaltan la incompatibilidad de la fe con la doctrina helénica, otros como San Justino buscan una especie de inculturación en ella.10

Taciano

En su obra Discurso Contra los Griegos, vuelca sus escritos contra la filosofía y el politeísmo pagano. Él ataco la concepción pagana de la eternidad de la materia que difiere de la eternidad de Dios. “Porque la materia no está sin principio como Dios, ni tiene un poder igual al de Dios siendo sin principio, sino que ha sido creada”.11 Dios es el creador de todo tipo de materia, visible e invisible. En aquella época la materia era tenida como preexistente y eterna.12 Taciano entonces discrepa contra la filosofía natural de su época, aseverando que la materia no es eterna sino que Dios la creó y que por ende éste solo merece adoración.

Teófilo de Antioquía

Teófilo es quien presenta formalmente la doctrina creatio ex nihilo como doctrina específica del cristianismo.13 Dios es el que está gobernando y haciendo que todas las cosas vivan. Él es el Señor que gobierna sobre todo el universo, el que es antes de toda las cosas y quien es creador y hacedor del universo.14 Al igual que Taciano, defiende la supremacía eterna de Dios sobre la materia, la cual fue creada.

Conclusión Preliminar

Al parecer el gran interés de los Padres que hemos visto, en cuanto a la relación de su fe, con la naturaleza, tanto apostólicos y apologistas, giran en torno al tema de la relación de Dios con su creación. En el caso mayormente de los apologistas, esto es debido a las tempranas ideas gnósticas derivadas de Platón, de que el mundo fue hecho de materia preexistente de la cual fue modelada su forma actual. En este sentido, la creación no era ex nihilo (de la nada). Además, La doctrina de la gnosis consideraba la materia como una emanación necesaria de un principio malo. Entre el Dios bueno y la materia mala está el pléroma, mundo intermedio suprasensible, habitado por seres intermedios o eones, emanados uno del otro. Uno de estos eones era el demiurgo (para Marción, dios del Antiguo Testamento quien no era el mismo que el buen redentor del Nuevo Testamento), el cual creó el mundo en la forma actual.15 Sin embargo las lecturas del Antiguo Testamento hecha por los Padres, les hicieron rechazar estas ideas gnósticas. Para ellos, tanto el creador como el buen redentor son uno mismo.

La importancia del decisivo rechazo del gnosticismo por los primeros cristianos y para el desarrollo de lo que vendría ser las ciencias naturales, ha sido explorado por Thomas F. Torrance, quien señaló que la fundamental perspectiva de la creación como buena “estableció la realidad del empírico, mundo contingente, y así destruyó la vieja época Helenista y la asunción Oriental de que lo “real” es alcanzado solo a través de trascender lo contingente.16 En contra de cualquier idea de que el orden natural fue caótico, irracional o inherente al mal (conceptos conectados con el gnosticismo), la tradición del cristianismo primitivo afirmó que el orden poseía una bondad, racionalidad y orden el cual derivó directamente desde la creación hecha por Dios.17

En el próximo artículo se verá un poco más de estas nociones en los escritos de otros apologistas tales como Ireneo y Justino Mártir y un poco sobre la tesis del conflicto en Tertuliano.

__________
  1. Justo González, Historia del Pensamiento Cristiano. Tomo 1 (Nashville: Editorial Caribe. 2002), 61. Justo dice que son extremadamente útiles para darnos a conocer la vida y el sentir de la Iglesia en su juventud.
  2. Para ver un breve comentario de la fecha que ha sido datada ver J. B. Lightfoot, Los Padres Apostólicos (Terrasa: Editorial CLIE, 1990), 598-599. El atribuye a Panteno, el maestro de Clemente, la autoría de la carta, aunque no hay mucho acuerdo entre los críticos sobre quien fue el autor.
  3. Epístola a Diogneto, VII en J. B. Lightfoot, Los Padres Apostólicos, 621.
  4. El Pastor de Hermas, Visión 1 J. B. Lightfoot, Los Padres Apostólicos, 479.
  5. Ibid; 480.
  6. Ibid; 482.
  7. Claro que los apologistas recibieron diferentes clases de ataques que tenían que acusaciones de todo tipo en contra de la cristiandad. Roger E. Dickson, El Ocaso de los Incrédulos (Terrassa: Editorial CLIE, 1982), 23.
  8. Lindberg, Early Christian Attitudes toward Nature en The History of Science and Religion in the Western Tradition: an Encyclopedia; 277.
  9. Ibid; 278.
  10. Antonio Sayés, Teología de la Creación (Madrid: Ediciones Palabra, 2002), 64.
  11. Taciano, Discurso Contra los Griegos en Taciano, <http://www.mercaba.org/tesoro/427-12.htm>
  12. Sayés, Teología de la Creación; 65.
  13. Ibid; 65.
  14. Teófilo, Ad. Autolycus, 90 en <http://www.ccel.org/ccel/schaff/anf02/Page_89.html>
  15. Sayés, Teología de la Creación; 58, 69.
  16. Alister E. McGrath, Science and Religion: an Introduction (Oxford: Blackwell Publishing, 1999), 114.
  17. Ibid, 115.