miércoles, noviembre 02, 2011

Vol. 0 Res. 5 - ¿Qué es la Globalización? Falacias del globalismo, respuestas a la globalización

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BECK, Ulrich. ¿Qué es la Globalización? Falacias del globalismo, respuestas a la globalización. Barcelona, Editorial Paidós, 1998.

Pablo Morales Arias
Seminario Alianza de Quito, Ecuador.

El texto de Ulrich Beck analiza el proceso de globalización desde un enfoque más sociológico que económico. Al respecto dice: “Globalización es a buen seguro la palabra (a la vez eslogan y consigna) peor empleada, menos definida, probablemente la menos comprendida, la más nebulosa y políticamente la más eficaz de los últimos -y sin duda también de los próximos- año... Es preciso distinguir las diferentes dimensiones de la globalización; a saber (y sin pretender ser exhaustivos ni excluyentes), las dimensiones de las técnicas de comunicación, las dimensiones ecológicas, las económicas, las de la organización del trabajo, las culturales, las de la sociedad civil, etc.” (Pág. 53)

En base a esto, es quizás más adecuado empezar revisando el significado de la globalización en nuestros tiempos “...el término 'globalización', actualmente omnipresente en toda manifestación pública, no apunta precisamente al final de la política, sino simplemente a una salida de lo político del marco categorial del Estado nacional y del sistema de roles al uso de eso que se ha dado en llamar el quehacer 'político' y 'no-político'” (Pág. 15)

Así pues, debe ser entendida la globalización como un proceso político pues, el objetivo final del mismo es la adquisición de más poder por parte de los empresarios que trabajan a nivel plantario. “La globalización posibilita eso que sin duda estuvo siempre presente en el capitalismo, pero que se mantuvo en estado larvado durante la fase de su domesticación por la sociedad estatal y democrática: que los empresarios, sobre todo los que se mueven a nivel planetario, puedan desempeñar un papel clave en la configuración de la economía, sino también de la sociedad en su conjunto, aun cuando 'sólo' fuera por el poder que tienen para privar a la sociedad de sus recursos materiales (capital, impuestos, puestos de trabajo).” (Págs. 16-17)

La globalización no sólo es el proceso por medio del cual se van eliminando los sindicatos sino además a los mismos estados nacionales.

A medida que se mina el fundamento de la modernidad por medio de las filosofías posmodernas, se erosiona el concepto de sociedad con el fin de individuar a la colectividad y de esta forma eliminarla como ente político y de este modo hacerse con el poder a nivel global.

Lo que diferencia el presente estado de la modernidad del anterior es su irreversibilidad. La misma que se fundamenta principalmente en:
  1. “El ensanchamiento del campo geográfico y la creciente densidad del intercambio internacional, así como el carácter global de la red de mercados financieros y del poder cada vez mayor de las multinacionales.
  2. La revolución permanente en el terreno de la información y de las tecnologías de la comunicación.
  3. La exigencia, universalmente aceptada, de respetar los derechos humanos -también considerada (de boquilla) como el principio de la democracia.
  4. Las corrientes icónicas de las industrias globales de la cultura.
  5. La política mundial posinternacional y policentrica: junto a los gobiernos hay cada vez más actores transnacionales con cada vez mayor poder (multinacionales, organizaciones no gubernamentales, Naciones Unidas).
  6. El problema de la pobreza global.
  7. El problema de los daños y atentados ecológicos globales.
  8. El problema de los conflictos transculturales en un lugar concreto.” (Págs. 35-36)
Nos encontramos frente al surgimiento forzado de una sociedad mundial sin un estado mundial o un gobierno mundial.

La cuestión de la fecha de nacimiento de esta sociedad global sigue siendo discutida. Las principales conclusiones son las siguientes:

Autor
Inicio
Denominación
Marx
Siglo XV
Capitalismo moderno
Wallerstein
Siglo XV
Sistema mundial capitalista
Robertson
1870-1920
Multidimensionalidad
Guiddens
Siglo XVIII
Modernización
Perlmutter
Fin del conflicto Este-Oeste
Civilización global

Lo que es aceptado de manera más general es que “la idea de vivir y actuar en los espacios cerrados y recíprocamente delimitados de los Estados nacionales y de sus respectivas sociedades nacionales” es algo del pasado. “Globalización significa la perceptible pérdida de fronteras del quehacer cotidiano en las distintas dimensiones de la economía, la información, la ecología, la técnica, los conflictos transculturales y la sociedad civil.” (Págs. 55-56)

Las nuevas circunstancias sociales que nos hace vivir esta globalización nos plantea de hecho el cuestionamiento de los viejos cánones sobre los cuales se fundamentó la sociología. Todas las relaciones sociales analizadas por la sociología clásica se dan en el marco del Estado nacional, más este, en la actualidad parece hallarse en franca retirada. “Podemos representarnos la sociología de la globalización como un conjunto aparte y contradictorio de disidentes de la sociología del orden nacional-estatal.” (Pág. 64)

Al momento de plantearnos acerca de las causas de este proceso globalizador, nos encontramos con dos modelos de respuestas. Una nos presente como el fruto de una ‘lógica’ dominante interesada en el acaparamiento y el poder y otra nos habla de complejas y multicausales lógicas de la globalización. En esto, vemos repetirse el debate Weber – Marx.

Mientras cientistas sociales como Wallerstein han desarrollado planteamientos como el de sistema-mundo para establecer una comprensión eficaz de la globalización en base a uno solo de sus elementos, otros investigadores buscan analizar la complejidad del proceso globalizador indagando en las diversas relaciones causales que inciden en el surgimiento y desarrollo de dicha globalización. Un esquema básico de dicha diversidad de interpretaciones la tenemos en el cuadro siguiente.

Autor
Modelo de interpretación
WallersteinEl capitalismo es el motor de la globalización
Rosenau Gilpin Held1. Se ocupan de la Política Internacional
2. Cuestionan la ortodoxia nacional-estatal
3. Destacan la globalización tecnológica
4. Subrayan los factores político-militares
Robertson, Appadurai,
Albrow, Featherstone, Lash y Urry
1. Se mueven dentro de la tradición de la teoría cultural
2. Contradicen la idea de macdonaldización del mundo
3. La globalización cultural no significa que el mundo se haga más homogéneo
4. La globalización significa 'glocalización'
5. Un proceso lleno de muchas contradicciones

En contraposición a la idea tendenciosa de que el proceso globalizador es unidireccional en el sentido de una expansión unidireccional de la cultura occidental hacia las demás culturas del mundo, Beck, siguiendo a Robertson dice: “La extendida tesis de una creciente convergencia lineal de los contenidos culturales y de las informaciones resultante de la tendencia a la concentración en los mercados de los medios de comunicación mundiales no tiene en cuenta las paradojas y ambivalencias teóricamente elaboradas y empíricamente investigadas de la teoría cultural, o, dicho a la manera antigua: no tiene en cuenta la dialéctica de la globalización”. El punto de discusión se entra entonces en el lado opuesto de la globalización, es decir, la localización.

De hecho, “«La cultura global» no puede entenderse estáticamente, sino sólo como un proceso contingente y dialéctico (y en modo alguno reducible de manera economicista a su lógica del capital aparentemente unívoca) según el modelo de la «glocalización», en cuya misma unidad se aprecian y descifran elementos contradictorios. En este sentido, se puede hablar de paradojas de las culturas «glocales»” (Pág. 106).

De todos modos, hay una advertencia de Bauman que es necesario meditar: “la globalización y la localización no sólo son dos momentos o caras de la misma moneda; son al mismo tiempo fuerzas impulsoras y formas de expresión de una nueva polarización y estratificación de la población mundial en ricos globalizados y pobres localizados” (Pág. 118). Mientras los pobres se hallan geográficamente localizados y sólo ven su lado de la moneda, los ricos viviendo en el ámbito de la globalidad, no perciben sino como una odiosa caricatura para turistas el otro lado de la realidad (cf. Pág. 121).

En base lo anterior, plantea Beck una revisión de la sociología, planteada hasta aquí como análisis de la sociedad contenida dentro de los límites del Estado nacional. Considerando la posibilidad que las multinacionales aprovechan de distribuir en el tablero de ajedrez del mundial sus empresas de modo tal que obtienen la mano de obra más barata en un lugar, los impuestos más económicos (taza 0) en otro lugar y la posibilidad de vivir cómodamente en un tercer lugar, la sociedad se muestra de tal manera entrelazada que no se puede considerar a la sociedad sin tener en cuenta estos nexos globales.

De igual manera, si apreciamos el cambio que ha tiene la cultura, el elemento foráneo, geográficamente hablando, ya no es tan insignificante como para denostarlo como anteriormente se hacía. Es necesario considerar su influencia en las investigaciones que se realizan y no pretender aislar las culturas en función de supuestos rechazos de la cultura capitalista.

Considerar al rico como parte del mismo sistema nacional en el cual se mueve el pobre es olvidar la distancia y el desdén que actualmente los separa. “Los pobres y los ricos no se sientan ya a la mesa (de negociación) del Estado nacional. ¿Por qué deben los ganadores de la globalización, en caso de verse asaltados por el remordimiento, derramar su cuerno de la abundancia social entre los países ricos de Europa, y no favorecer más bien a las organizaciones democráticas de África o Sudamérica? Al igual que la pobreza y las ganancias, la caridad se torna global” (Pág. 138).

En las siguientes partes del libro el autor pasa a esbozar lo que considera los errores del globalismo entendido como la ideología según la cual el mercado es el único responsable y beneficiario de la globalización. Si bien se puede apreciar su incidencia, simplificar de tal manera el fenómeno de la globalización no es en ningún modo adecuado.

Frente a los errores del globalismo, Beck contrapone diez propuestas a trabajar:
  1. Cooperación internacional
  2. Estado transnacional o ‘soberanía incluyente’
  3. Participación en el capital
  4. Reorientación de la política educativa
  5. ¿Son las empresas transnacionales ademocráticas o antidemocráticas?
  6. Alianza para el trabajo ciudadano
  7. ¿Qué hay después del modelo Volkswagen de nación exportadora? La fijación de nuevos objetivos culturales, políticos y económicos.
  8. Culturas experimentales, mercados nicho y autorenovación social.
  9. Empresarios públicos y trabajadores autónomos.
  10. ¿Pacto social frente a la exclusión?
Finalemente Beck expone en las últimas páginas del libro cada uno de estas propuestas.

Conclusión

Tanto para la pastoral como para la reflexión teológica así como para el diálogo científico, se ve la necesidad de analizar las circunstancias en las cuales la sociedad actual se halla desenvolviéndose. Frente a modelos unipolares de interpretación, Beck, nos anima a ver más allá hacia otras perspectivas de análisis, sin descuidar la económica.

La iglesia se halla siendo parte de lo global. De todos modos, su presencia local no puede ser desapercibida. Su actitud no puede ser unidireccional, quizás como un mero aferrarse a la defensa de determinadas culturas “milenarias” sin considerar el provecho que de dicha defensa desean sacar diversas empresas, de turismo, por ejemplo. La iglesia tiene un rol que jugar en la glocalización, sin embargo, no es cuestión de lanzarse quijotescamente a defender lo que suponemos, quizás sea bueno. La bondad de la iglesia muchas veces ha sido utilizada por la política y la economía para conseguir sus propios fines. Que no suceda esto nuevamente por negarnos a meditar en lo complejo de la sociedad actual.