Vols. publicados > Vol. 0 (Dic. 2011) > Res. 1
CARROLL, William E. La Creación y las Ciencias Naturales: Actualidad de Santo Tomás de Aquino. Santiago, Ediciones UC, 2003.
Manuel David Morales
Instituto de Física y Matemáticas, Univ. Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, México.
Hoy existe abundante bibliografía sobre el diálogo ciencia-religión. Sin embargo, lo que hace especial este libro, es que constituye el resultado de una serie de conferencias dictadas por el historiador de la ciencia, Dr. William E. Carroll, en diferentes universidades de Chile (país en el que este tipo de temas por lo general permanecen muy poco explorados). Basándose en las enseñanzas de Santo Tomás de Aquino, el autor analiza de manera muy ilustrativa las diferentes discusiones filosóficas que han surgido a propósito de los paradigmas reinantes en las ciencias biológicas y físicas. Todo esto, con el objetivo de realzar el valor de las enseñanzas del Aquinate, argumentar por qué éstas siguen teniendo vigencia y aportan contribuciones importantes al actual debate entre ciencia y religión.
Como punto de partida, en la introducción del libro (p. 10), Carroll realiza una descripción de las relaciones entre ciencia y religión resaltando las fortalezas y dificultades del modelo NOMA (Non overlapping magisteria) propuesto por el paleontólogo Stephen Jay Gould1. Dicho modelo establece que la ciencia obedece al nuestro impulso de comprender el carácter real de la vida; y por otro lado, la religión a la necesidad de definir el sentido en nuestras vidas, y una base moral para nuestras acciones. A esto Carroll responde críticamente, señalando esencialmente que la religión, al igual que la ciencia, propone verdades universales; así como también que la metafísica y filosofía nos permite ir desde un magisterio a otro. Posterior a esto, se examina de manera muy breve la postura del teólogo John F. Haught (p. 15), quien siguiendo una línea de pensamiento procesual, considera que nuestra concepción acerca de Dios evoluciona, producto del progreso de las ciencias naturales2. Carroll también cuestiona esta postura, considerando que la ciencia y religión en realidad constituirían magisterios parcialmente superpuestos.
En el primer capítulo, Carroll nos persuade de por qué el llamado "conflicto entre ciencia y religión" en realidad es ilusorio, y cómo el pensamiento de Tomás de Aquino ofrece una cura al reduccionismo materialista, así como a concepciones teológicas de la creación divina que él considera erróneas (p. 19-32). Es de destacar el claro señalamiento a algunas de las más importantes debilidades en el discurso del llamado "nuevo ateísmo", tomando como ejemplo el caso del fisicoquímico británico Peter Atkins3. De manera adicional, Carroll expone de manera muy general el conocido Caso Galileo, realizando un breve análisis histórico (p. 32-37).
En el segundo capítulo, y luego de realizar una breve mención de los desafíos que la biología evolucionista plantea a la filosofía y a la teología4, Carroll nos presenta una detallada exposición acerca de la interpretación filosófica de Tomás de Aquino sobre la creación, así como de la operación divina y la autonomía de la naturaleza (p. 39-48). Aquí resulta particularmente interesante la comparación que Carroll hace entre la visión medieval del Aquinate, con las interpretaciones a la luz de la mecánica cuántica y la teoría del caos (p. 48-60) que se han formulado este último tiempo significativamente dentro del ámbito protestante5. Ayudándose de un breve análisis sobre Génesis y Creación (p. 61-64), lo realmente medular de este capítulo, es que Carroll busca persuadir que en contexto histórico de la Edad Media, y ante los desafíos de la antigua ciencia aristotélica de aquel entonces, el Aquinate supo compatibilizar de manera adecuada las concepciones filosóficas griegas y las verdades del Cristianismo. Y bueno, ya situándonos en el actual debate ciencia-religión, esto es lo que precisamente Carroll propondrá en los capítulos siguientes.
En los capítulos tercero y cuarto, Carroll examina los actuales debates que se gestan en torno a las implicaciones teológicas y filosóficas de la biología evolutiva y la cosmología del big bang. Aquí básicamente son cuatro los aspectos importantes que se exponen en detalle. Primero, la idea de creación especial o episódica, que se maneja en algunos círculos cristianos que sostienen la interpretación literal del Génesis, junto con las llamadas complejidades irreductibles6 (p. 65-78). Carroll es muy crítico de estas posturas, para lo cual presenta un análisis bastante detallado. Segundo, el reduccionismo evolucionista como un desafío a la creación, y como éste en realidad no constituye una alternativa sólida, si consideramos áreas del conocimiento mucho mas globales como lo son la filosofía natural y la metafísica, elaboradas desde una perspectiva ortodoxa (p. 78-92). Tercero, las singularidades dentro del contexto de las ciencias físicas, para lo cual Carroll nos muestra un escenario general y bastante ilustrativo del estado de la cosmología moderna, sacando a colación teorías especulativas tales como gravedad cuántica, cosmología inflacionaria, entre otras (p. 93-105). Y finalmente, se expone algunas aclaraciones importantes sobre el concepto filosófico de creación a partir de la nada, así como la noción de cambio en las ciencias naturales, a la luz del pensamiento tomista (p. 105-120).
En el capítulo cinco, y a modo de post scriptum, Carroll nos presenta algunos comentarios sobre la noción de creación (cristiana) y la metafísica, realizando un breve análisis de algunas visiones de científicos contemporáneos, que en principio, no lograrían diferenciar ambos dominios.
Sin duda que quienes deseen iniciarse en el fascinante mundo de las relaciones entre ciencia y religión, este libro constituye un excelente material. Básicamente porque posee un enfoque informativo, que permite al lector quedarse con un panorama intelectual bastante amplio sobre las actuales discusiones, aún cuando ya han pasado algunos años desde que fuera publicado. Aunque claro, siempre teniendo presente que todo el análisis filosófico y teológico el autor lo elabora desde su muy particular visión cristiana, la cual claramente está alineada con la ortodoxia católicarromana. Cuestión que a fuerzas lo lleva a confrontar otras posturas igualmente mantenidas en el mundo cristiano.
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CARROLL, William E. La Creación y las Ciencias Naturales: Actualidad de Santo Tomás de Aquino. Santiago, Ediciones UC, 2003.
Manuel David Morales
Instituto de Física y Matemáticas, Univ. Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, México.
Hoy existe abundante bibliografía sobre el diálogo ciencia-religión. Sin embargo, lo que hace especial este libro, es que constituye el resultado de una serie de conferencias dictadas por el historiador de la ciencia, Dr. William E. Carroll, en diferentes universidades de Chile (país en el que este tipo de temas por lo general permanecen muy poco explorados). Basándose en las enseñanzas de Santo Tomás de Aquino, el autor analiza de manera muy ilustrativa las diferentes discusiones filosóficas que han surgido a propósito de los paradigmas reinantes en las ciencias biológicas y físicas. Todo esto, con el objetivo de realzar el valor de las enseñanzas del Aquinate, argumentar por qué éstas siguen teniendo vigencia y aportan contribuciones importantes al actual debate entre ciencia y religión.
Como punto de partida, en la introducción del libro (p. 10), Carroll realiza una descripción de las relaciones entre ciencia y religión resaltando las fortalezas y dificultades del modelo NOMA (Non overlapping magisteria) propuesto por el paleontólogo Stephen Jay Gould1. Dicho modelo establece que la ciencia obedece al nuestro impulso de comprender el carácter real de la vida; y por otro lado, la religión a la necesidad de definir el sentido en nuestras vidas, y una base moral para nuestras acciones. A esto Carroll responde críticamente, señalando esencialmente que la religión, al igual que la ciencia, propone verdades universales; así como también que la metafísica y filosofía nos permite ir desde un magisterio a otro. Posterior a esto, se examina de manera muy breve la postura del teólogo John F. Haught (p. 15), quien siguiendo una línea de pensamiento procesual, considera que nuestra concepción acerca de Dios evoluciona, producto del progreso de las ciencias naturales2. Carroll también cuestiona esta postura, considerando que la ciencia y religión en realidad constituirían magisterios parcialmente superpuestos.
En el primer capítulo, Carroll nos persuade de por qué el llamado "conflicto entre ciencia y religión" en realidad es ilusorio, y cómo el pensamiento de Tomás de Aquino ofrece una cura al reduccionismo materialista, así como a concepciones teológicas de la creación divina que él considera erróneas (p. 19-32). Es de destacar el claro señalamiento a algunas de las más importantes debilidades en el discurso del llamado "nuevo ateísmo", tomando como ejemplo el caso del fisicoquímico británico Peter Atkins3. De manera adicional, Carroll expone de manera muy general el conocido Caso Galileo, realizando un breve análisis histórico (p. 32-37).
En el segundo capítulo, y luego de realizar una breve mención de los desafíos que la biología evolucionista plantea a la filosofía y a la teología4, Carroll nos presenta una detallada exposición acerca de la interpretación filosófica de Tomás de Aquino sobre la creación, así como de la operación divina y la autonomía de la naturaleza (p. 39-48). Aquí resulta particularmente interesante la comparación que Carroll hace entre la visión medieval del Aquinate, con las interpretaciones a la luz de la mecánica cuántica y la teoría del caos (p. 48-60) que se han formulado este último tiempo significativamente dentro del ámbito protestante5. Ayudándose de un breve análisis sobre Génesis y Creación (p. 61-64), lo realmente medular de este capítulo, es que Carroll busca persuadir que en contexto histórico de la Edad Media, y ante los desafíos de la antigua ciencia aristotélica de aquel entonces, el Aquinate supo compatibilizar de manera adecuada las concepciones filosóficas griegas y las verdades del Cristianismo. Y bueno, ya situándonos en el actual debate ciencia-religión, esto es lo que precisamente Carroll propondrá en los capítulos siguientes.
En los capítulos tercero y cuarto, Carroll examina los actuales debates que se gestan en torno a las implicaciones teológicas y filosóficas de la biología evolutiva y la cosmología del big bang. Aquí básicamente son cuatro los aspectos importantes que se exponen en detalle. Primero, la idea de creación especial o episódica, que se maneja en algunos círculos cristianos que sostienen la interpretación literal del Génesis, junto con las llamadas complejidades irreductibles6 (p. 65-78). Carroll es muy crítico de estas posturas, para lo cual presenta un análisis bastante detallado. Segundo, el reduccionismo evolucionista como un desafío a la creación, y como éste en realidad no constituye una alternativa sólida, si consideramos áreas del conocimiento mucho mas globales como lo son la filosofía natural y la metafísica, elaboradas desde una perspectiva ortodoxa (p. 78-92). Tercero, las singularidades dentro del contexto de las ciencias físicas, para lo cual Carroll nos muestra un escenario general y bastante ilustrativo del estado de la cosmología moderna, sacando a colación teorías especulativas tales como gravedad cuántica, cosmología inflacionaria, entre otras (p. 93-105). Y finalmente, se expone algunas aclaraciones importantes sobre el concepto filosófico de creación a partir de la nada, así como la noción de cambio en las ciencias naturales, a la luz del pensamiento tomista (p. 105-120).
En el capítulo cinco, y a modo de post scriptum, Carroll nos presenta algunos comentarios sobre la noción de creación (cristiana) y la metafísica, realizando un breve análisis de algunas visiones de científicos contemporáneos, que en principio, no lograrían diferenciar ambos dominios.
Sin duda que quienes deseen iniciarse en el fascinante mundo de las relaciones entre ciencia y religión, este libro constituye un excelente material. Básicamente porque posee un enfoque informativo, que permite al lector quedarse con un panorama intelectual bastante amplio sobre las actuales discusiones, aún cuando ya han pasado algunos años desde que fuera publicado. Aunque claro, siempre teniendo presente que todo el análisis filosófico y teológico el autor lo elabora desde su muy particular visión cristiana, la cual claramente está alineada con la ortodoxia católicarromana. Cuestión que a fuerzas lo lleva a confrontar otras posturas igualmente mantenidas en el mundo cristiano.
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- GOULD, Stephen Jay. Rock of Ages: Science and Religion in the Fullness of Life. New York, Ballantine Books, 1999. p. 175.
- HAUGHT, John F. God After Darwin: A Theology of Evolution. Boulder, Westview Press, 2000. p. ix.
- ATKINS, Peter. The Limitless Power of Science. En: CORNWELL, John (Ed.). Nature's Imagination: the Frontier of Scientific Vision. Oxford, Oxford University Press, 1952. pp. 121-122.
- Carroll menciona dos de los cuatro "jinetes del nuevo ateismo": el filósofo de la ciencia Daniel Dennett y el biólogo evolucionista Richard Dawkins. Quienes recurriendo al ya conocido reduccionismo cientificista, han popularizado la sesgada postura de que la evolución hecha por tierra cualquier posibilidad de un Dios Creador.
- Señalando el pensamiento de importantes teólogos y científicos como Wolfhart Pannenberg, Robert John Russell y John Polkinghorne.
- Aquí Carroll toma como referencia el caso de los filósofos Alvin Plantinga, William Lane Craig, así como también proponentes del mov. del Diseño Inteligente como el bioquímico Michael Behe y el matemático y filósofo William A. Dembski.