miércoles, mayo 07, 2014

La Psicología de la Experiencia Espiritual

"Summerdream", por Antonisfes.
Fuente: drbillwooten.com.
Gustavo Daniel Romero

“¿Cómo Dios se hace realidad a la gente cuando se entiende que Él es invisible e inmaterial, tal cual lo revela la tradición cristiana?” Así comienza uno de los varios artículos académicos fascinantes respecto a la psicología de la experiencia espiritual de la antropóloga de Stanford, Tanya Luhrmann.

Muchas de las ideas de Luhrmann sobre esta cuestión provienen de su estudio etnográfico en la iglesia Vineyard en Chicago en la que analizó durante dos años los servicios dominicales matutinos, una reunión semanal hogareña para el estudio de la Biblia, conferencias, retiros y conversaciones informales.

Es importante destacar que Luhrmann señala que las personas que ella observó en sus investigaciones parecían diferir en su capacidad de “Experimentar a Dios”. Por ejemplo, los miembros de la congregación reconocieron que: “... cada persona experimenta a Dios a su manera y desarrolla su propio patrón para aprender a reconocerlo: algunos a través de una sensación de “hormigueo caliente”, otros perciben como que se les puso la “piel de gallina”, mientras que otros lo hacen a través de imágenes, impresiones o frases de las Escrituras”.

Sin embargo, otros en la investigación de Luhrmann señalaron que les costaba alcanzar una experiencia espiritual. Una persona comentó que “no tengo estas experiencias sobrenaturales que me hagan caer de rodillas.”

¿Por qué algunos parecen más capaces de experimentar a Dios que otros? Tomando como referencia al psicólogo galardonado con el premio Nobel de Economía 2002, Daniel Kahneman, Luhrmann sugiere que hay dos modos dominantes de razonamiento que los individuos utilizan regularmente. Uno enfatiza el pensamiento reflexivo y deliberativo. Aquellos en los cuales prevalece esta modalidad a menudo pueden tener más dificultades con la religión y la espiritualidad, en general.

El segundo modo enfatiza el razonamiento intuitivo. Este parece ser el tipo principal de pensamiento involucrado en la experiencia religiosa y espiritual. Luhrmann cree que la experiencia espiritual, en cierta medida, depende del aprendizaje. Las congregaciones que promueven la experiencia espiritual, básicamente, “enseñan” a que lo hagan. Por ejemplo, las personas deben aprender a interpretar los acontecimientos ambiguos de una manera espiritual, utilizando un lenguaje adecuado.

En la investigación de Luhrmann, se pidió a los feligreses que distinguieran los pensamientos e imágenes que venían de Dios de los que viniesen de ellos mismos. Luhrmann informa en “pruebas corrientes”, que el pensamiento o la imagen que percibían era diferente de lo que estaban pensando, estaban en consonancia con el carácter de Dios; la interpretación “esto es de Dios” se pudo confirmar de alguna otra manera, y la experiencia les trajo paz.

Un factor psicológico clave que Luhrmann identifica en la experiencia espiritual se refiere a la característica de la “absorción”. El profesor de la Universidad de Minnesota, el Dr. Auke Tellegen, ha identificado este rasgo como un factor clave que ayuda a explicar por que ciertas personas son hipnotizadas con mayor facilidad. Al igual que las ideas de Kahneman acerca de diferentes tipos de razonamiento, Tellegen cree que las personas son más o menos propensas a un “conjunto instrumental” y a un “conjunto de la experiencia.” El rasgo de la “absorción” es concebido por Tellegen como la proclividad a ingresar en un conjunto experiencial.

Posteriormente, investigadores de la Universidad de Alberta postularon que el rasgo de “absorción” implica la motivación para buscar experiencias (en lugar de las actividades instrumentales) y los procesos cognitivos para encontrarse con ellas de una manera particular. Específicamente, Tellegen cree que las personas con alto contenido de la característica de “absorción” son sensibles a las imágenes y sonidos evocadores (como las puestas de sol), capturados más fácilmente por estímulos fascinantes (como la música irresistible), tienden a pensar en imágenes, a tener experiencias “cross-modal” (como la sinestesia cuando, por ejemplo, los sonidos evocan imágenes), son capaces de imaginar convincentemente, pueden vívidamente volver a experimentar el pasado, profundamente inmerso en sus propios pensamientos, y experimentan episodios de conciencia expandida y alterada.

En su artículo original de 1974 introdujo la idea en que señala que este rasgo ha sido “... descrito y discutido ampliamente en la literatura sobre meditación, conciencia expandida, experiencias cumbre, misticismo, experiencia estética, regresión al servicio del ego, estados alterados de conciencia, y en la literatura sobre los efectos de la droga.” También señala que “uno esperaría que personas de alta absorción experimentaran una afinidad por la experiencia mística”. Y, de hecho, esto es exactamente lo que Lurhmann encuentra en su investigación, ya que la “absorción” se correlaciona con más nítidas imágenes mentales, mayor atención y experiencias espirituales más inusuales.

Aunque la “absorción” posee un claro componente genético, Luhrmann también cree que puede ser cultivada. Ella escribió que: “...las habilidades de meditación y visualización -que son aquellas para entrenar la absorción- se han enseñado a lo largo de la historia y de la cultura... son destrezas que se pueden aprender... el dominio de estas habilidades se asocia con una intensa experiencia espiritual. Ejemplos de este tipo de prácticas se encuentran dentro de la tradición cristiana como en los ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola y de las ideas del Hermano Lawrence sobre “practicar la presencia de Dios.”

Tal vez, la “absorción” también sea una clave psicológica precursora de la experiencia del asombro. Si eso es verdad, entonces tal vez el temor puede ser atenuado a través de ejercicios espirituales como los mencionados anteriormente. En términos más generales, la lectura de algunos de estos materiales me hace apreciar la función unitiva de la religión. De alguna manera, la religiosidad intrínseca, la experiencia mística, y las experiencias relevantes de “absorción” traen a la conciencia orden y unidad entre la persona, la situación, los otros, y Dios.

Referencias
  • Kahneman, Daniel. Pensar rápido, pensar despacio. Barcelona: Debate. 2012.
  • Luhrmann T. M., Howard Nusbaum, and Ronald Thisted. “The Absorption Hypothesis: Learning to Hear God in Evangelical Christianity”, American Anthropologist • Vol. 112, No. 1 • March 2010.
  • Tellegen, A. and G. Atkinson. Openness to absorbing and self-altering experiences (“absorption”), a trait related to hypnotic susceptibility. Journal of Abnormal Psychology, vol. 83, 1974, 268-277.