jueves, mayo 24, 2012

Triste época la nuestra

Publicado en el canal divulgativo: Naturaleza y Trascendencia | Citación

Triste época la nuestra

The word of God. Fuente: thenoontimes.com
Cristina E. Mancilla

"La ciencia sin religión está coja, la religión sin ciencia es ciega" - Albert Einstein.

Hace ya más de medio siglo que Einstein cuestionó la sociedad de su época, con la famosa frase: "¡Triste época la nuestra! Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio".1 Y más que un cuestionamiento de su época parece ser que la frase se ha convertido, con el paso de los años, en una premonición de lo que vivimos hoy por hoy. Vivimos en un mundo rodeado de la mejor tecnología, la ciencia se desborda en conocimiento y quienes saben aprovechar esto se enriquecen a más no poder. Pero, por el otro lado sociedades completas mueren de hambre, sufren epidemias y viven en el olvido. La ciencia ofrece conocimiento pero no luz, la religión ofrece luz pero con ello ignorancia y superstición. Acaso, ¿es natural este divorcio entre ciencia y religión? ¿Cómo encontrar el equilibrio y la verdadera luz en ambas?

A través de la historia vemos varios ejemplos de cómo la religión ha frenado el desarrollo de la ciencia. Casos como la destrucción de la biblioteca de Alejandría aún son polémicos entre musulmanes y cristianos. El temor a lo desconocido nos ha llevado a permanecer estacionados. Nuestra religión lejos de ser una verdad fresca para el mundo, se ha convertido en el interferente universal que paraliza el conocimiento. La Biblia es rica en sabiduría y conocimiento, el salmista expresa profundamente "Conocimiento tan maravilloso rebasa mi comprensión; tan sublime es que no puedo entenderlo..."2 pero en el día a día del cristiano actual parece que el conocimiento ha perdido valor y ha sido reemplazado por la liturgia. Personajes bíblicos como Daniel el astrónomo, serían rechazados por la prejuiciosa sociedad cristiana actual. Durante la ceremonia de los premios nobel de 1986, el premio nobel de química, John C. Polany, dijo: "Cuando, le tememos a la ciencia, como comúnmente lo hacemos, realmente a lo que tememos es a nosotros mismos. La dignidad humana se enaltecerá mejor si abrazamos el conocimiento".3 Polany conocía de primera mano como el conocimiento ilumina el alma interior, y lo que realmente significa enfrentar la oscuridad como una luz única. Pertinentemente, uno de sus estudios más divulgados fue el de la "bioluminiscencia".4 Donde estudió los mecanismos químicos de los organismos vivos productores de luz.

Ilustración del fenómeno de la bioluminiscencia
Uno de estos microorganismos bioluminiscentes es el Vibrio Fischeri, bacteria utilizada para evaluar la toxicidad del agua.5 Como parte de su metabolismo, esta bacteria produce luz, sin embargo al verse expuesta a un medio tóxico su luz disminuye. Su luminiscencia se inhibe de forma directamente proporcional a la presencia de contaminantes tóxicos. Además estas bacterias son capaces de producir el efecto quórum.6 Es decir, producen y secretan ciertas moléculas de señalización (llamadas autoinductores o feromonas) que detectan moléculas de señalización secretados por otras células en su entorno. Cuando sólo unas pocas bacterias de la misma clase están en la vecindad, la difusión reduce la concentración del inductor en el medio circundante a casi cero, por lo que las bacterias producen poca luz. Sin embargo, cuando la población crece, la concentración del inductor pasa un umbral, causando que todas las células realicen la transcripción aproximadamente al mismo tiempo. Como resultado, la luciferasa bioluminiscente producida por Vibrio fischeri no sería visible si se produce por una sola célula, es necesario la presencia de un alta concentración de ellas.

Tomando este modelo biológico, podría aplicar las palabras de Jesús: "vosotros sois la luz del mundo"7 como un llamado a formar el efecto quórum con otros de sus discípulos. Fuimos llamados a ser hijos de luz y seguirla8, a ser luz para iluminar las naciones.9 Personalmente creo que al producir mi luz interior quienes me rodean son inducidos a producir su luz propia. Independientemente de tendencias, costumbres y hábitos, una verdad nos une y esta debería ser suficiente para unir la luz que nace en cada uno de nosotros. De lo contrario el ambiente tóxico en el que vivimos hará que conforme pase el tiempo, todos dejemos de producir luz. ¿No era este el sentido de las palabras de Jesús? ¿No menciona luego el ser la sal de la tierra, para preservación de la misma?

Hace más de medio siglo, Victor Hugo en labios de monseñor Bienvenue dijo: "Si las almas son dejadas en la oscuridad, los pecados serán cometidos. El culpable no es quien comete el pecado, pero quien causa la oscuridad".10 Creo que es hora de dejar las luchas. Es tiempo de no dejar a las almas en la oscuridad. Ya sean teólogos o científicos, ambos buscan lo mismo, la verdad. Esto me recuerda la frase dicha por Mathew McConaughey, en la película Contacto, donde la lucha entre un teólogo y una astrónoma por conocer la verdad del universo concluye en la búsqueda de la verdad.

¿Qué produce luz y que oscuridad? ¿Cuál es el camino correcto? Creo que estamos muy lejos de llegar a un acuerdo, pero debido a ello, es el mejor momento de dejar a un lado los prejuicios y simplemente ser humildes e iluminar con luz propia. Tal vez así logremos que el efecto quórum alcance a más y el mundo comience a brillar. Esta triste época es la mejor para mostrar nuestras debilidades… "despojándonos del viejo hombre… y renovando nuestras mentes...11 permitiendo que su poder se perfeccione en nuestra debilidad".12

Termino con un poema de Marianne Williamson, hecho famoso en labios de Nelson Mandela, que expresa en pocas líneas todo el sentimiento que quisiera expresar:

"Nuestro miedo más profundo no es que seamos inadecuados.
Nuestro miedo más profundo es que somos poderosos sin medida.
Es nuestra luz, no nuestra oscuridad lo que más nos asusta.
Jugar pequeño no sirve al mundo.
No hay nada grandioso en encogerse para
que otras personas no se sientan inseguros a tu alrededor.
Todos estamos destinados a brillar como hacen los niños.
No es sólo en algunos de nosotros, está en todo el mundo.
Y cuando permitimos que nuestra luz propia brille,
inconscientemente damos permiso a otros para hacer lo mismo.
A medida que nos liberamos de nuestro propio miedo,
nuestra presencia automáticamente libera a otros".


Artículo ganador del "1er Concurso Educativo Latinoamericano de Ensayos sobre Fe y Ciencia" organizado por la Sociedad Educativa Latinoamericana para Fe y Ciencia (SELFYC), con el patrocinio de la revista Razón y Pensamiento Cristiano (RYPC).


  1. http://www.notable-quotes.com/e/einstein_albert.html
  2. Salmos 139:6 Nueva Versión Internacional (NVI)
  3. http://www.nobelprize.org/nobel_prizes/chemistry/laureates/1986/polanyi-bio.html
  4. http://www.utoronto.ca/jpolanyi/science
  5. Correia F. et al Water toxicity monitoring using Vibrio fischeri: a method free of interferences from colour and turbidity, J. Environ. Monit., 2004, 6, 97-102.
  6. http://botserv1.uzh.ch/microbio/site/research/introduction/QuorumSensing.php
  7. Mateo 5 NVI
  8. Juan 12:35-36 NVI
  9. Hechos 13:47 NVI
  10. Victor Hugo, Les Miserables, Grolier 1885.
  11. Efesios 4:22-24 NVI
  12. 2 Corintios 12:9-10

Citación (ISO 690:2010): MANCILLA, Cristina E. Triste época la nuestra [en línea]. Nat. y Tras. (Rev. RYPC), 24 mayo 2012. <http://www.revista-rypc.org/2012/05/triste-epoca-la-nuestra.html> [consulta: ].