martes, abril 15, 2014

El Verbo, fundamento de la fe: Figuras y referencias gramaticales acerca de la trinidad

Vitral, Holy Family Church, Teconnaught.
Fuente: Wikimedia.org.
Angélica Eliú Patiño, México


“Nuestra historia tiene la ventaja sobre muchísimas otras de comenzar por el principio. Ante todo habla Dios (…). La creación se produce por un acto de habla, y sólo al nombrar las cosas a medida que las va creando les confiere Dios un estatuto ontológico… por otra parte Dios habla por primera vez al hombre, poniendo a su disposición todos los frutos del paraíso, y advirtiéndole que no coma del fruto del árbol del bien y el mal… resulta dudoso saber en qué lengua habló Dios a Adán”1

La palabra de Dios. Cuantas referencias existen. Hablar de la “palabra de Dios” es un acto totalmente provocador, aunque sea una de las frases más conocidas y repetidas en la historia. Podemos observar dos polaridades de la frase:

1.- La palabra escrita. Se refiere a los textos sagrados o lo que se conoce como Santa Biblia que en la actualidad existen distintos cánones e inacabadas versiones, pero aun así se reconoce como el libro de autoridad.

2.- La palabra hablada. Evoca naturalmente a la voz de Dios. Hablar de la voz de Dios es hablar de la voz del padre, de la voz del hijo y de la voz del Espíritu Santo, es palabra divina. ¿Cómo sabemos quién habla? ¿Cuando el creyente ora a quién se dirige? ¿Si los profetas, pastores o evangelistas dan el mensaje, en qué sentido permanece la voz de Dios?

Podemos descubrir algunas referencias gramaticales acerca de la trinidad. El padre, como la voz, El hijo, como el verbo y el Espíritu Santo como la palabra. En este artículo observaremos polaridades de la gramática dando prioridad a la figura de Jesucristo, fundamento de la fe, medio para la salvación y razón misma de la Semana Santa.

Figura: El Padre. Referencia: La Voz.

Escucha el estruendo de su voz, el ruido estrepitoso que sale de su boca. Lanza sus rayos bajo el cielo entero; su resplandor, hasta los confines de la tierra. Sigue luego el rugido majestuoso de su voz; ¡Resuena su voz y no retiene sus rayos! Cuando Dios hace tronar su voz se producen maravillas. A la nieve ordena “Cae sobre la tierra” y a la lluvia: “Muestra tu poder”. Dios hace grandes cosas que rebasan nuestra comprensión. El todopoderoso no está a nuestro alcance; grande en justicia y rectitud y excelso es su poder. (Job 37: 2-6, 23).

La voz como referencia gramatical es una categoría que se asocia con el verbo e indica la relación existente entre el sujeto, el verbo y el objeto. La voz gramatical realiza, ejecuta, controla y decide la acción de los componentes, la forma que adopta el verbo; por tanto el valor realizado de la categoría de voz puede interpretarse como una señal que nos dice cómo interpretar el papel de los participantes.
La voz del padre tiene autoridad y poder, recordemos el diálogo que tuvo el Padre con Job, donde cita su majestad creada.

“¿Dónde estabas cuando puse las bases de la tierra?  ¡Dímelo, si de veras sabes tanto! ¿Quién encerró el mar tras sus compuertas cuando éste brotó del vientre de la tierra? ¿O cuando lo arropé con las nubes y lo envolví en densas tinieblas?

¿O cuando le dije: “Sólo hasta aquí puedes llegar; de aquí no pasarán tus orgullosas olas”? ¿Alguna vez en tu vida le has dado órdenes a la mañana, o le has hecho saber a la aurora su lugar, para que tomen la tierra por sus extremos y sacudan de ella a los malvados? ¡Que le responda a Dios quien se atreve a acusarlo! ” Job 38: 4, 8-13. 40:1

O si recordamos que el acto mismo de la creación fue producido por un acto del habla: “Y dijo Dios… y fue hecho”. Gn 1:3 O el estatuto que da al hijo: “Por eso Dios, le otorgó el más alto privilegio, y le dio el más importante de todos los nombres” Fil: 2:9

Así, en una lectura de los elementos de la trinidad, podemos decir que el Padre funge como figura creadora, que determina las acciones del hijo y del Espíritu Santo y otorga poder sobre ellas. Dios como ser absoluto y causa primera.

Figura 1. Referencias gramaticales de la trinidad.

Figura: Espíritu Santo. Referencia: La palabra.

“Tomad también el casco de la salvación y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios” (Ef 6:17)
“¡Arrepiéntete! Pues de lo contrario vendré pronto a ti y pelearé contra ellos con la espada de mi boca” (Ap 2:16).

La palabra en la gramática se refiere a cada segmento en la cadena de la comunicación, puede aparecer de forma hablada o escrita. La palabra puede ser moldeada por la voz como prefiera, asimismo el verbo también hace uso de ella. La palabra asiste a los otros dos elementos pero contiene su excepcionalidad. El Espíritu Santo es visto como consolador, libertador, guía, y es la figura que se utiliza para ungir.

En el hebreo ruah, como el latino spiritu, designa el soplo del viento, que también se le puede llamar el “soplo de Dios”, el espíritu aparece como la fuerza que hace vivir a las criaturas, como una realidad íntima de Dios, que obra en la intimidad del hombre. El espíritu Santo con su especificidad, otorga fuerza extraordinaria, valor para tomar decisiones, habilidad estratégica, por las que el hombre se vuelve capaz de realizar la misión que se le ha encomendado, otorga al hombre autoridad y regala dones que pueden ser de enseñanza: Palabra de sabiduría, Palabra de Ciencia. Dones de ministerio como: Don de fe, sanidad, hacer milagros, profecía y discernimiento de espíritus y los Dones de adoración, el don de hablar en lenguas y el don de interpretarlas.

Ser bautizado con el espíritu santo se traduce en poder, no es de extrañarse que los hombres o mujeres que hacen milagros sean aludidos como: “llenos del Espíritu Santo” es a través de él, que hablan, y ordenan a las enfermedades o demonios que salgan. Así como los profetas se conocen como “Hombres de espíritu”

Las palabras escritas en la biblia realmente se convierten en la espada del espíritu cuando son pronunciadas creyendo, es entonces que gran parte de la acción del Espíritu Santo se manifiesta a través de la palabra pronunciada, ya sea en la autoridad de “echar fuera” algún mal, en la glosolalia, en el valor otorgado de llevar “el mensaje” a los demás y el acto mismo de la confesión de creencia. Encontramos aquí un indicio del lazo existente entre: Palabra y Espíritu Santo, y Verbo y Espíritu Santo.

Se vislumbra como actividad del Espíritu Santo ayudar al hombre en distintas formas y como palabra que anuncia y da a conocer al Padre. Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que viene de Dios, para conocer las gracias que Dios nos ha otorgado (1 Cor 2: 11-12)

Figura: Hijo, Jesucristo. Referencia: El verbo.

“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios (…) Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros. Y hemos contemplado su gloria, la gloria que corresponde al Hijo unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad”. (Juan 1:1, 14) NVI.

“Está vestido de un manto teñido en sangre, y su nombre es el Verbo de Dios” (Ap 19:13 NVI)

El verbo es la parte de la gramática que expresa acción, movimiento, indica y da a conocer la condición de los sujetos. El verbo es el motor.2

El Nuevo Testamento en su mayoría fue escrito en griego, la palabra original que se traduce como “verbo” es “logos”. Heráclito definió el logos como el “principio ordenador del universo”, “la lógica divina que da orden al universo”. La figura de Jesucristo personifica el “logos”, puede resultar nomológico en este sentido, que una persona sin Jesucristo no encuentre sentido a su vida por estar fuera del “principio ordenador” o la “razón universal”.

Existe también una figura gramatical que acompaña al verbo, esta es la denominación verbal o nombre, que es la designación que se le da a una persona, animal, cosa, concepto tangible o intangible, concreto o abstracto, para distinguirlo de otro. El nombre que se da al verbo es Jesucristo, y encontramos aquí el fundamento de la fe y la autoridad que existe en él, no solo porque se le otorga la supremacía ante todos los demás, sino por mostrarse como único medio para la salvación.

Por eso Dios, le otorgó el más alto privilegio, y le dio el más importante de todos los nombres, para que ante él se arrodillen todos los que están en el cielo (ángeles), y los que están en la tierra (los seres humanos), y los que están debajo de la tierra (los demonios), para que todos reconozcan que Jesucristo es el Señor y den gloria a Dios el Padre. (Fil 2:9-11)

El uso del nombre de Jesucristo otorga:

a. La salvación del alma

El mundo religioso ha tenido un efecto efervescente y día a día crecen nuevos sistemas religiosos. El sintoísmo japonés admite 800.000 seres divinos, en la cultura hindú se veneran 330 millones de dioses (…) En tiempos muy recientes han aparecido cuarenta mil movimientos religiosos.3 Ante este fenómeno de la multiplicación de los dioses, la figura de Jesucristo se reafirma como fundamento de la fe. Los creyentes serán conscientes de la importancia de pedir en el nombre de Jesús y no solo pedir a Dios “a secas”. El acto de la salvación es mediante el nombre y actividad del verbo. “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres en que podamos ser salvos” (Hc 4:12)

b. El acceso al padre

“En él, mediante la fe, disfrutamos de libertad y confianza para acercarnos a Dios el padre. (Ef 3:12)
Aquí el acto mismo de la confesión en el nombre de Jesús, sirve como puente para el acceso al padre, la voz creadora a través de la autoridad que le confiere al verbo.

El acceso al padre mediante la oración y la promesa de una convivencia futura con el Padre, solo se puede a través del verbo, mediante la confesión de su nombre.

c. La autoridad para pedir cualquier cosa.

“Y todo lo que pidieres al Padre en mi nombre, lo haré, para que el padre sea glorificado en el hijo” (Jn 14:13)

El verbo indica lo que el sujeto hace, el nombre otorga ese mando. Sobre la sanidad del cuerpo, la victoria sobre las fuerzas del mal, sobre cualquier cosa pensada. Es similar a un poder legal, un documento escrito que autoriza a una cierta persona para actuar en el nombre de otra.

“Y todo lo que tu hagas en palabras o en hechos, hazlo en el nombre del señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él” (Col. 3:7)

En conclusión, las referencias gramaticales proporcionan datos que enriquecen el conocimiento y funcionamiento de la trinidad. Cada uno con su función y especificidad, cada uno con su característica. “La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros” (2 Co 13:13)

Estudiar estas particularidades abrirán nuestra mirada, tenemos que estar dispuestos a ver no solo lo oculto en las estructuras de los sistemas religiosos, sino lo que encontramos en lo más fundamental.

__________
  1. Eco, Umberto. La búsqueda de la lengua perfecta, Crítica, Barcelona, 1999. P.p. 12
  2. Grijelmo, Álex. La gramática descomplicada. Taurus, Valencia, 2006.
  3. Marina, José Antonio Dictamen sobre Dios. Anagrama. Barcelona. p. 17.

ACERCA DE LA AUTORA
Angélica Eliú Patiño es Etnóloga titulada de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, en México. También posee un diplomado en Investigación Bíblica por ICI Global University. Ha participado en distintos congresos nacionales e internacionales sobre el fenómeno religioso. Actualmente es miembro de la línea de investigación Etnicidad y Religión Popular, así como profesora en la Universidad Tecnológica de México.
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